La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, fue dada de alta este sábado del Hospital Austral donde estuvo ingresada tras ser intervenida quirúrgicamente de la tiroides y según el parte médico se corroboró que no tenía cáncer y su estado general es “óptimo”.
Según el anuncio oficial hecho por el secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, se descartó la presencia de células cancerígenas en la glándula tiroides de la presidenta y el diagnóstico inicial se modificó por el de “adenomas foliculares”, por lo que no tendrá que recibir tratamiento con yodo radioactivo.
Durante los tres días que pasó en el hospital, a unos 60 kilómetros de Buenos Aires, la presidenta prácticamente no recibió visitas, salvo la de sus hijos, su madre y otros pocos familiares cercanos, aunque cientos de simpatizantes se mantuvieron en las inmediaciones del centro médico con banderas y carteles para darle aliento.
Fernández, que tras ser dada de alta viajó a la residencia presidencial Quinta de Olivos, escribió en su cuenta de Twitter que agradecía “a Dios y a todo el pueblo argentino” las bendiciones recibidas durante su hospitalización.
Antes de la operación, Fernández hizo el correspondiente traspaso de poderes al vicepresidente Amado Boudou hasta el próximo 24 de enero, aunque al acortarse ahora el período de recuperación existe la posibilidad de que la mandataria pueda reasumir sus funciones antes de lo previsto.