El opositor kirchnerista Alberto Fernández, el favorito para ganar las elecciones generales de octubre en Argentina, tildó de “racista, misógino y violento” al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; consideró a Donald Trump “un mal líder para el mundo” y admitió que “es muy difícil” defender al venezolano Nicolás Maduro.
En una entrevista que ofreció el lunes por la noche al canal de cable Net TV, la primera tras su triunfo en las primarias del domingo que definieron los candidatos para las presidenciales del 27 de octubre, el dirigente dio algunas pistas de cuál puede ser su vínculo con Brasil, Estados Unidos y Venezuela y adelantó que revisará el reciente acuerdo firmado entre Mercosur y la Unión Europea.
“Respetaré la institucionalidad brasileña, pero en términos políticos yo no tengo nada que ver con Bolsonaro”, sostuvo Fernández, quien está acompañado en la fórmula por la exmandataria de centro-izquierda Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). “Celebro enormemente que hable mal de mí un racista, un misógino y un violento, un tipo que celebra la tortura sobre Dilma Rousseff”, la exmandataria brasileña (2011-2016) y dirigente izquierdista que fue detenida y sometida a tormentos durante el régimen militar en Brasil.
Bolsonaro, que mantiene una estrecha relación bilateral con el actual presidente argentino, el conservador Mauricio Macri, afirmó el lunes que “si esa izquierda vuelve a Argentina, nosotros podremos tener en Rio Grande do Sul un nuevo estado de Roraima, y no queremos eso, hermanos argentinos huyendo para acá”. El comentario aludió al estado fronterizo con Venezuela adonde llegan miles de refugiados venezolanos.
Fernández, exjefe de gabinete de Fernández de Kirchner y de su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007), obtuvo el 47,65% de los votos en las primarias del domingo. Macri alcanzó 32,08%, lo que haría casi imposible que el mandatario pueda revertir ese resultado y lograr ser reelecto en octubre.
Para ser elegido presidente se necesitan 45% de los votos o al menos 40% y tener una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado. En caso de no alcanzarse esas cifras se celebrará una segunda vuelta en noviembre.
“Con Brasil nos vamos a llevar espléndido, va a ser siempre nuestro principal socio”, aclaró Fernández. “Bolsonaro es una coyuntura en la vida de Brasil como Macri es una coyuntura en la vida de Argentina”.
El candidato kirchnerista, no obstante, le reclamó a Bolsonaro que “deje a Lula (Da Silva, expresidente que se encuentra cumpliendo una condena por corrupción) y se someta a elecciones con Lula en libertad”.
Fernández también se refirió a otro aliado de Macri.
“Para el mundo no es un buen líder”, apuntó sobre Trump. “Tal vez es buen líder para los americanos porque la economía funciona, porque protege mucho a Estados Unidos y porque los americanos deben estar celebrando los resultados”, pero “cuando defendés con tanto ahinco lo tuyo, te volvés un mal socio para los demás. Y creo eso pasa con Trump”.
Con Macri y Trump en el poder, Argentina y Estados Unidos recompusieron la relación dañada durante el kirchnerismo. El mandatario estadounidense fue vital para impulsar el préstamo récord de unos 56.000 millones de dólares que el FMI desembolsó para el país sudamericano en 2018 en medio de una crisis cambiaria.
“Si me preguntas si me parece un líder valioso, no. Me parece es el presidente de la primera potencia del mundo”, dijo el candidato opositor.
Consultado sobre la crisis en Venezuela, Fernández indicó que “siempre he dicho que tiene un régimen autoritario, que se hace muy difícil objetivamente defenderlo”.
Sus exjefes políticos, Néstor Kirchner y sobre todo Fernández de Kirchner, establecieron a nivel regional una alianza con Venezuela, primero con Hugo Chávez y luego con su sucesor, Nicolás Maduro. Macri ha dicho que si el kirchnerismo vuelve al poder, Argentina “se convertirá en Venezuela”.
“Es un gobierno de origen democrático porque la gente votó, pero en su ejercicio ha cometido abusos definitivamente”, opinó Fernández. “Hay que recuperar la institucionalidad en Venezuela y Maduro no la está garantizando. Ahora, la solución a ese conflicto no es correr detrás de Trump y llenar de marines a Venezuela”.
Por último, adelantó que en caso de ganar la presidencia, revisará el acuerdo Mercosur-UE, firmado en junio después de más de 20 años de negociaciones.
“Ese acuerdo no existe, nunca existió. Se firmó una suerte de carta protocolar donde se han fijado una serie de temas a tratar”, describió. “Nosotros no tenemos ningún problema en buscar un acuerdo, que el mundo se ha globalizado no cabe ninguna duda. Y renunciar a eso es una estupidez, renegar de eso es una estupidez. El tema es cómo entrás a la globalización”.
Recordó que “Trump vive en un mundo globalizado, pero cuida a los productores de limón y a sus productores de automotrices como nadie, los franceses cuidan su agricultura más que ninguno. Hay que ver en qué consiste ese acuerdo” y advirtió que “algunas pautas iniciales parecen demostrar cuestiones desventajosas para Argentina. Si esas cosas se salvan, bienvenido para Argentina”.
Mientras los productores de materias primas celebraron el convenio, sectores ligados a la industria consideraron que no podrán competir con el masivo ingreso de bienes y servicios de origen europeo.