Argentina podría caer en mora dentro de dos días si es que no llega a un acuerdo sobre los pagos a inversionistas de los llamados fondos buitre que un juez de Nueva York ha ordenado pagar.
El juez de Distrito, Thomas Griesa ordenó a las partes –el gobierno argentino, por un lado, y los inversionistas que no aceptaron recibir solo una parte de lo que habían invertido en el país—que se reúnan con el mediador Daniel Pollack, nombrado para alcanzar un acuerdo.
La reunión de mediación se realizará el miércoles en Nueva York, pero Argentina ha decidido enviar a funcionarios de menor rango y no a su ministro de Economía, Axel Kicillof, que viajaría a Venezuela junto a la presidenta Cristina Fernández.
Argentina ha llegado al límite del impago por una decisión de una corte estadounidense que le exige pagar $1.300 millones de dólares más intereses a sus acreedores liderados por NML y Aurelius Capital Management, que no quisieron participar en los arreglos de la deuda en los años 2005 y 2010.
En esa ocasión, los demás acreedores –93% del total— aceptaron recibir solo el 35% de la deuda.
Aunque Argentina tiene suficiente para pagar a los inconformes, una cláusula obliga a dar condiciones de pago iguales a todos los acreedores, incluidos los que aceptaron el canje de la deuda, por lo que la deuda de Buenos Aires subiría de 1.300 a 120.000 millones de dólares, mientras el país cuenta solo con reservas monetarias de 30.000 millones.
Jonathan Blackman, un abogado de Argentina, la tercera economía latinoamericana, dice que aún con conversaciones las 24 horas, sería “poco probable, si es que no imposible, llegar a un acuerdo”.
La última vez que Argentina entró en mora fue en diciembre de 2001, cuando, en medio de una severa crisis económica, social y política, declaró un cese voluntario de pagos por 102.000 millones de dólares, considerado el mayor cese de pagos de la historia moderna.