España puso en marcha ayer una estricta ley antitabaco que prohíbe fumar no sólo en lugares públicos cerrados donde el cigarrillo era omnipresente -como bares, restaurantes, discotecas, casinos y aeropuertos- sino incluso en algunos espacios abiertos.
El gobierno adoptó la medida con la meta de convertir al cuarto productor de tabaco más grande de la Unión Europea, de una tierra tolerante a los cigarrillos y los puros, en uno de los países europeos más severos de Europa contra los fumadores.
A partir del domingo, los parques para niños y los puntos de acceso a escuelas y hospitales también serán zonas libres de humo de tabaco, en tanto que los hoteles podrán reservar 30% de sus habitaciones para fumadores.
El parlamento aprobó en 2006 la ley antitabaco que prohibía fumar en los lugares de trabajo pero dejó la opción de que permitieran o no la práctica a los bares y restaurantes con superficies de 100 metros cuadrados (1.100 pies cuadrados). Ahora esos espacios se acabaron después de que una comisión parlamentaria abrogara la opción.