Un juez de Nicaragua condenó el lunes a 216 años de cárcel al líder campesino Medardo Mairena, quien dirigió en zonas rurales las protestas contra el presidente Daniel Ortega, dos días después de que el Gobierno del país centroamericano iniciara un acercamiento con empresarios buscando saldar la crisis.
Una de las peticiones de los hombres más ricos e influyentes del país para reanudar las conversaciones que pongan fin a la crisis que se vive desde abril de 2018, es que el Gobierno libere a los más de 600 reos considerados “presos políticos” por diversos organismos internacionales.
Mairena, coordinador del Consejo Campesino Anticanal, fue juzgado por terrorismo, asesinato y crimen organizado y, hasta antes de que lo apresaran en julio del año pasado, era uno de los miembros de la oposición que participó en el fracasado diálogo con el Gobierno.
Lea también: Nicaragua: Opositores fijan condiciones para el diálogo con el gobierno.
A pesar de la condena de 216 años de cárcel contra Mairena, la Constitución del país establece que ningún nicaragüense puede pasar más de 30 años continuos en prisión.
“Es una sentencia exagerada, irrisoria y política”, dijo en conferencia de prensa el defensor de Mairena, el abogado Julio Montenegro. “Vamos a apelar para ir llenando todos los requisitos y acudir a tribunales internacionales”.
El juez Edgard Altamirano alegó en su sentencia que Mairena es el autor intelectual del asesinato de cinco policías que murieron durante una protesta en un municipio del sur del país y del secuestro de otros dos oficiales.
Nicaragua atraviesa su peor crisis política desde que Ortega retomó la presidencia en 2007. Desde mediados de abril, miles han salido a las calles a protestar contra lo que consideran una “dictadura familiar” de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Diversas organizaciones, incluida la ONU, han criticado el “uso excesivo” de la fuerza pública para controlar las protestas y han señalado al gobierno de Ortega de ser responsable de la mayoría de las más de 320 muertes reportadas, algo que el exguerrillero izquierdista ha negado en repetidas oportunidades.