La perseverancia y el esfuerzo de la periodista venezolana Andrea Igliozzi fueron reconocidos recientemente en la edición de los premios Emmy con dos galardones por su trabajo y cobertura periodística local en Sacramento, California.
“Increíble”, dijo a la Voz de América la venezolana de 24 años, que obtuvo el galardón al Mejor Reportaje en la categoría de Ambiente y Ciencia por su investigación sobre la contaminación en los ríos de Sacramento y su influencia en la salud de los habitantes.
El otro premio lo obtuvo en la categoría Cobertura Continua por su trabajo en el incendio forestal en Dixie, en el norte de California. En ambos tuvo el apoyo fotográfico de otro venezolano: Maikel D’Agostino.
Gratamente sorprendida por ambos reconocimientos, Igliozzi dijo que ha trabajado desde muy pequeña para ser una gran profesional y que se alegra de haber conseguido tanto en tan poco tiempo.
De Caracas a Sacramento
Confiesa su pasión por el periodismo y cuenta que “prácticamente desde que nació” sabía que iba a estudiar la carrera, dada su inclinación por la investigación y la escritura.
“Yo creo que no decidí estudiar periodismo. Desde que nací creo que ya sabía que iba a estudiar algo relacionado con contar historias, con la investigación. Desde muy pequeña a mí me encantaba investigar, si alguien me decía algo yo tenía que llegar al fondo de eso. También siempre me gustó la actuación, hablar en público, escribir. Entonces fue como algo obvio que iba a terminar estudiando periodismo”, comentó.
Sin embargo, antes de tomar la decisión de estudiar la carrera, en 2017 Igliozzi se unió a la diáspora venezolana y emigró junto a su familia a Estados Unidos en busca de un mejor futuro.
Ya en un nuevo país decidió inscribirse en una universidad privada, pero los altos costos del estudio coincidieron con la mala racha económica de su familia, así que tuvo que abandonar las clases para trabajar.
“Empecé a trabajar de todo lo que te puedes imaginar: maestra, vendedora en quioscos de mall (centros comerciales), secretaria, atención al cliente. Hice de todo, trabajaba más de 12 horas al día para poder ahorrar y volver a la universidad. Y con el apoyo incondicional de mi familia logré cambiarme de universidad a una pública luego de dos semestres en pausa”, recuerda Andrea.
Finalmente se graduó en periodismo televisivo con una mención en redes sociales y marketing.
Para su inserción en el mercado laboral, específicamente en Univisión, el camino también fue arduo y lleno de tropiezos. Igliozzi recuerda que solicitó varios trabajos tras culminar las pasantías universitarias pero para ninguno la llamaron.
Estuvo trabajando durante un año en la gestión de redes sociales hasta que un conocido con el que laboró años atrás, la invitó a trabajar en la sede de Univisión Sacramento. Andrea no lo pensó y se aventuró a mudarse para emprender nuevos caminos en su carrera profesional. En ese medio de comunicación fue donde desarrolló los trabajos que hoy la hacen merecedora de dos premios Emmy.
Con dos Emmy en casa
Cuando Andrea Igliozzi oyó su nombre como ganadora del primer premio Emmy no lo podía creer. Confiesa que no recuerda con exactitud qué pasó por su mente, solo que llegó a pensar que el trabajo ganador tenía un nombre similar al suyo.
“Cuando me anunciaron como ganadora no me lo creía. Hasta hoy no me lo creo, no puedo creer que tengo dos Emmy acá en mi casa. Esto es un sueño, algo por lo que he trabajado muchísimo, pero me parece increíble. No tengo palabras”, expresó la venezolana.
Para ella ambos reconocimientos significan que está en el camino correcto.
“Que después de tantos altibajos y de tanto luchar, logré conseguir algo y mostrar que mi trabajo vale la pena, que con la investigación y con el periodismo podemos ayudar a otros. Esto significa luz, esperanza, que si se puede, porque si yo, una muchacha del oeste de Caracas pudo ganar dos Emmy, a los 24 años y en su primer año de trabajo, todos pueden”, dijo.
Después de los premio Igliozzi no ha parado de trabajar. Cuenta que recientemente publicó un trabajo sobre los precios de la insulina y cómo muchas personas se ven en la necesidad de racionarla.
Panea seguir publicando investigaciones y ayudando a la comunidad hispana en Estados Unidos con la que, dice, tiene un especial compromiso.
“Sigo apoyando a la comunidad hispana, siempre ha sido mi misión. Recibo el llamado de las personas que me piden ayuda y yo con mucho gusto respondo. Esa siempre ha sido mi meta: ayudar a los latinos en Estados Unidos, porque muchos necesitan ayuda”.
La joven envía un mensaje a las futuras generaciones que sueñan, no solo con desarrollar grandes trabajos periodísticos, sino ser reconocidos por ello.
“Hay que ir con la verdad. Nunca se nos olvide que como periodistas tenemos poder. Podemos darle luz a problemas que otros tienen miedo de contar. Y quiero recalcar que todo es posible. Hay que dar un buen uso a la carrera y siempre tener en mente que lo más importante es informar, ayudar y esté ahí para la comunidad”, finalizó la venezolana.
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