Estados Unidos tendió “un puente de plata” a Nicolás Maduro y sus colaboradores para facilitar su salida del poder a través de una oferta anunciada el martes que incluye aliviar las sanciones económicas si se materializa un gobierno de transición en Venezuela, dicen analistas en el país sudamericano.
El anuncio, hecho por el secretario de Estado Mike Pompeo, promete entre otras cuestiones la suspensión “total” de las sanciones al gobierno en disputa si se cumplen las condiciones con la instalación de un gobierno de emergencia nacional.
Entre los analistas consultados por la Voz de América, Ricardo Ríos, politólogo de la Universidad de los Andes, considera que la iniciativa de Washington es una oferta que nace de la lectura estadounidense de que Maduro se encuentra, en términos boxísticos, "económica y políticamente contra las cuerdas".
Ríos, opina que, Estados Unidos calculó los problemas económicos que encara Maduro y sus límites para salir a flote de la crisis sanitaria que representa el azote de la COVID-19 y la escasez de combustible.
A mediados de marzo, el gobierno en disputa solicitó al Fondo Monetario Internacional financiación de emergencia para hacer frente a la pandemia en Venezuela. El organismo rechazó la petición, alegando que no existe “claridad” sobre el reconocimiento oficial de sus países miembro.
“Proponer aliviar las sanciones es un puente de plata. Es evidente que el gobierno de Maduro está derrotado económicamente. El hecho de que no hay gasolina en todo el país tiene al gobierno (de Maduro) en la lona y en contaje de protección. Está fuera de combate completamente”, valora Ríos.
Guaidó y Estados Unidos, -evalúa-, decidieron presentar una salida política a la crisis venezolana luego de sitiar estratégicamente a Maduro durante meses.
“Si se hacen todos los bloqueos y no se plantea una salida política, como la que está ofreciendo Estados Unidos, simplemente se estaría condenando al país a una africanización del conflicto, que no le conviene a nadie en la región”, opina.
El politólogo de la Universidad de los Andes, acota que no es posible dar por sentado que Maduro aceptará las condiciones de Guaidó y Estados Unidos, solo por estar mermado en su gobernabilidad.
“El desenlace es hasta ahora incierto. La presencia rusa y china en Venezuela es una piedra de tranca para Estados Unidos. Es un elemento de negociación. La salida a la crisis va a pasar por una negociación diplomática de alto nivel”, expone Ricardo Ríos.
Ríos señala que medidas como la cuarentena social y las restricciones de la gasolina cayeron a Maduro “como anillo al dedo” para oxigenar su gobernabilidad de facto.
Afirma el experto, que la propuesta de un gobierno equilibrado de transición en Venezuela devuelve a Guaidó al foco político tras haber quedado en las sombras, por la emergencia local de la COVID-19.
Lectura errada
Por su parte, Ricardo Sucre Heredia, politólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), encuentra entre los postulados históricos de la política internacional de Estados Unidos la explicación de su más reciente propuesta al gobierno en disputa.
Para Heredia, es una acción que procura presionar hasta el quiebre al madurismo.
“Es la política del garrote y la zanahoria. La acusación de la semana pasada por narcotráfico es el garrote y la zanahoria vendría a ser esta propuesta”, dice.
Considera que el principal destinatario de la iniciativa son los sectores intermedios del oficialismo venezolano y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Sucre Heredia destaca, sin embargo, que la exclusión de la cúpula chavista de toda negociación para la transición es “contradictoria” y puede condenar la oferta.
“El chavismo se ha mantenido cohesionado. Es una lectura errada. Si quieres unas elecciones presidenciales, no hubieses hecho una acusación penal. Esos son los dos jefes del chavismo (Maduro y Diosdado Cabello). Quizá, están viendo si surge alguien más allí. Se verá en los próximos días”, conjetura.
El politólogo piensa que una propuesta más sensata, y acorde con el status quo venezolano, hubiese sido “atar” la oferta de elecciones a la renovación del Parlamento, a manera de referendo presidencial y de apertura de todos los actores a una transición.
Sucre Heredia afirma que “el tutelaje” de Estados Unidos a Guaidó contraviene la exigencia de Washington de que se retiren las fuerzas extranjeras pro maduristas.
“Políticamente, anulas tu propia propuesta. Eso no es posible ahorita por el apoyo principal de Rusia a Maduro. Es una apuesta geopolítica muy alta”, dice.
"Salida práctica, no decorosa"
Para María Alexandra Semprún, experta en ciencias políticas y profesora de la Universidad Rafael Urdaneta, la contingencia mundial por la pandemia favorece que la comunidad internacional, incluidas Rusia y China, no responda tan activamente en los desenlaces de Venezuela como lo haría si no existiese la COVID-19.
“La problemática del virus tiene ocupados a todos los gobiernos centrales. Todo lo demás pasa a ser colateral y, al ser colateral, les da a los gobernantes más posibilidades de actuar lejos de la opinión pública. Te da más libertad de acción”, dice sobre la iniciativa presentada este martes por Pompeo.
El ofrecimiento de un gobierno de transición y aliviar las sanciones se extiende al gobierno en disputa cinco días luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentara cargos y ofertas de recompensas económicas por contra Maduro y 14 de sus colaboradores por su presunta vinculación con el narcotráfico internacional.
“Es una salida que no es decorosa, pero es práctica para Maduro”, observa.
Semprún estima que esa oferta de transición consensuada nace de asesores que, en Washington, notaron una oportunidad en tiempos de crisis para Maduro.
Opina que, antes de tomar una decisión sobre la oferta estadounidense, el madurismo sopesará que el gobierno norteamericano 'no ceja ni descansa' cuando toma una decisión de capturar a sus acusados de narcotráfico o de terrorismo.
“Saben que remueven hasta la última piedra para encontrarlos. Adelantar la idea de un gobierno de emergencia nacional, cuando estas personas saben que no tienen una escapatoria fácil a los procesos de captura, es una salida que se les permite mientras todavía tienen control fáctico y control político en Venezuela”, dice la académica.
Semprún considera que el escenario explicado por Pompeo armoniza con el eslogan de acción política de Guaidó -cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres-, aún cuando su liderazgo quede relegado en la próxima etapa.
Ella cree que Rusia “está sentada en un cómodo palco”, esperando a ver cómo se desenvuelven los acontecimientos en Venezuela.
También, vislumbra que la capacidad de reacción de los aliados de Maduro, como China e Irán, está condicionada actualmente por la crisis pandémica.
“Los ojos acusatorios del planeta por la COVID-19 están puestos sobre China. No se van a atrever a actuar ante un gobierno de transición en Venezuela que la comunidad internacional apoye”, vaticina Semprún.
La politóloga venezolana pronostica que la base de un eventual gobierno de transición es que se abran las compuertas de la banca y las inversiones internacionales para enfrentar el coronavirus.
“Es la gran decisión: que ingrese dinero con ese fin, aprobado por la Asamblea Nacional, y es la gran diferencia entre Maduro y Guaidó en tiempos de pandemia”, concluye María Alexandra Semprún.