En medio de un repunte de la pandemia de coronavirus, el gobierno de Uruguay tomó una serie de medidas sanitarias para restringir la circulación de personas y al mismo tiempo cuidar por el funcionamiento de la economía.
A pedido del Poder Ejecutivo, el Parlamento, tras un debate y críticas de la oposición, aprobó una ley que interpreta un artículo de la Constitución que se refiere a la libertad de reunión.
Además, desde este lunes y hasta el próximo 10 de enero se cerraron totalmente las fronteras, al punto que ni los uruguayos que viven en el exterior podrán entrar al país.
Como parte de la medida, no podrán llegar a Uruguay embarcaciones ni vuelos privados, y los puentes estarán vallados salvo para el transporte de carga, afirmó el ministro de Defensa Nacional, Javier García.
“Tanto en los 25 puestos de control en todo el perímetro del país como en lo que significan los puentes, a partir del día de mañana van a estar cerrados”, dijo García en conferencia de prensa.
A pocos días de las fiestas de fin de año, el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, aclaró que la policía podrá llamar a la puerta de los hogares y se dará paso a la Fiscalía de existir reuniones que excedan los parámetros establecidos.
“Creemos absolutamente prioritario acudir al sacrificio, al esfuerzo y al coraje para velar por la salud y la vida de los compatriotas en todo el país”, explicó Larrañaga.
Este domingo se registraron en Uruguay 497 casos nuevos de COVID-19 y hubo 5 fallecidos, que elevaron el total en el país a 119.
