Un informe de Naciones Unidas indicó el jueves que una fuerte caída del turismo, una dura contracción económica y una reducción en remesas debido a la pandemia, dejará en la región 45 millones de personas más en situación de pobreza, comparado con el 2019.
La alerta expuesta en el informe del Secretario General de la ONU, António Guterres, señala que algunos países de Latinoamérica y el Caribe tienen ahora uno de los niveles de infección del virus más altos per cápita y que una contracción económica de 9,1% prevista en la región será la mayor en 100 años.
Las proyecciones del organismo se sustentan en análisis de reportes divulgados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Guterres afirmó que varias de las naciones que encabezan el listado de territorios con más altos índices de contagio con el nuevo coronavirus, tales como Brasil, México y Chile, hoy son áreas amenazadas por el desempleo y la miseria.
“Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe. Los niveles de desigualdad se han vuelto ya insostenibles (...) Para reconstruir mejor, hay que reforzar la gobernanza democrática, la protección de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho. En un momento en el que demasiados ciudadanos y ciudadanas se sienten excluidos, la rendición de cuentas y la transparencia son fundamentales", dijo Guterres.
Con el incremento previsto, la cifra de personas pobres será de al menos 230 millones en la región para finales de este año.
"Los países de América Latina y el Caribe, y en particular los pequeños estados insulares en desarrollo, no deben quedar excluidos de la asistencia mundial. Es necesario ampliar la respuesta multilateral internacional a los países de ingresos medios", agregó el secretario.
La pobreza afectará a los trabajadores que en medio de la crisis sanitaria han perdido sus fuentes de ingreso y oportunidades de trabajo.
Según el informe, 28 millones de personas más entrarían en el grupo de "pobreza extrema", incrementando esta cifra a los 96 millones.
Por su parte, los migrantes, integrantes de las comunidades indígenas y afrodescendientes y las mujeres son los grupos poblacionales que sufrirán gran impacto.
La secretaria ejecutiva para la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, presentó el reporte esta semana sobre las problemáticas y dijo que “esta es una región que ya venía por siete años con un crecimiento muy bajo y con brechas estructurales y un modelo de desarrollo insostenible que se han exacerbado por una muy débil protección social, sistemas de salud fragmentados y profundas desigualdades”.
Por otro lado, se hizo énfasis en la crisis que sufre el sector turístico, el cual ha caído en un 35% en América del Sur y Centroamérica, y de un 39% en el Caribe, según el informe.
Las soluciones
Según Guterres, la situación mejoraría si se fortalecen los esquemas de protección social y se desarrollan sistemas tributarios más justos.
"Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe". Incluso, señaló que "los niveles de desigualdad se han vuelto ya insostenibles" en la región.
La ONU expuso además que es necesario una mayor integración económica regional y pidió distribuir de manera equitativa las ayudas internacionales y condenar la evasión fiscal y la corrupción.
Así como facilitar la entrega de ingresos básicos de emergencia durante seis meses a las personas en situación de pobreza y avanzar la gestión de un "ingreso universal", como definir subsidios para aplacar el hambre.
"Por último, para reconstruir mejor, hay que reforzar la gobernanza democrática, la protección de los derechos humanos y el estado de derecho. En un momento en el que demasiados ciudadanos y ciudadanas se sienten excluidos, la rendición de cuentas y la transparencia son fundamentales", enfatizó Guterres.
La ONU pidió también a la comunidad internacional apoyar a los países de la región con liquidez, asistencia financiera y medidas de alivio de la deuda.
“La respuesta multilateral internacional debería ampliarse a los países de ingreso medio, con financiamiento en condiciones favorables, extensiones en algunos casos, aplazamiento de pagos por servicio de la deuda, y desde luego ampliar la asignación de derechos especiales de giro”, señala Bárcena.