Debajo de láminas de cartón, plástico y palos que conforman un improvisado cambuche (choza), Jenifer Repeto alimenta con leche a sus dos gemelas de tan solo 6 meses, mientras recibe ayuda de sus otras dos hijas, en un minúsculo espacio donde, además de comer, deben dormir las cinco, junto a su esposo.
Esta carpa improvisada forma parte de las aproximadamente 60, que se encuentran situadas en la autopista norte con la calle 195, en una de las salidas de la capital colombiana, las cuales albergan a 410 migrantes colombianos, según cifras otorgadas por la Alcaldía de Bogotá a la Voz de América.
Allí vive Jenifer desde hace 11 días, debido a que perdió el trabajo, y mientas caminaba por una de las calles de Bogotá de regreso al estado venezolano de Carabobo, vio el campamento y decidió refugiarse en el lugar. Ella vendía empanadas en el centro de la ciudad, pero la pandemia que vive el mundo y las medidas de aislamiento obligatorio decretado por el gobierno colombiano impidieron que siguiera trabajando en las calles, le contó Jenifer a la VOA.
Según Eduardo Hernández, uno de los líderes que se encuentran en este campamento, los migrantes venezolanos han llegado a este punto, desde hace 15 días, porque está localizado a muy pocos metros a una de las terminales de transporte de la ciudad, desde donde salen diferentes rutas. Entre ellas, una que conduce a Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela.
“Sin embargo, cuando empezamos a reunirnos, acá el Terminal nos cerró las puertas y comenzó a decirnos que no había transporte”, dice Eduardo
Todos, cuenta Hernández, buscan simplemente retornar a su país, pero no tienen el dinero para pagar un pasaje que los conduzca hasta la frontera. Muchos, dicen, han sido desalojados “brutalmente, como si fuéramos animales” o las empresas cerraron y quedaron, entonces, sin empleo. Por eso, “nos pusimos de acuerdo un grupo de personas para llevar el control de todo… Nos organizamos donde hay un grupo de líderes que organizan 10 carpas para llevar un control”, dice Eduardo, quien trabajaba en una empresa de alimentos que, según él, se paralizó y tuvo que liquidar a sus empleados.
Eduardo dice que hay aproximadamente un total de 450 personas, entre los que se incluyen 150 niños, 25 gestantes y 100 adultos mayores.
Jessica Flores, quien llegó al campamento hace 11 días con su bebé de 4 meses, le contó a la VOA que hacen turnos para asearse, gracias a una tubería que se encuentra en el lugar y forma un canal de agua: “No sé exactamente de dónde viene y de ahí tomamos agua para asearse”.
Dice que, aunque “ha sido fuerte”, nunca les ha faltado el alimento: “Nos están ayudando muchas instituciones y el gobierno está atento para que no pasemos hambre, pero (estamos) muy vulnerables. Estamos durmiendo en el suelo, ponemos cartones y sábanas y así dormimos, con niños pequeños”, cuenta.
Albergues y pruebas de COVID-19: la discordia
Andrés Idárraga, director de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá le contó a VOA Noticias que el gobierno local ha hecho presencia desde que comenzó la aglomeración. Así mismo, afirmó que les han ofrecido atención en salud, albergues y 100 pruebas de la COVID-19, a pesar de que ninguno de ellos presenta síntomas asociados al virus. “En todos los casos, se han negado”, afirma.
“Tenemos evidencia y es claro que la población migrante de venezolanos, con sus líderes, está presionando para que la gente no acepte la oferta institucional”, agrega.
Por su parte, Eduardo señala que no han aceptado los albergues porque se han ofrecido por máximo 10 días y, después de eso, temen quedar de nuevo en la calle. Versión que desmintió Idárraga pues, según él, los migrantes permanecerían en estos lugares hasta que se les garantice regresar en transportes legales a la frontera.
En cuanto a las pruebas, Cecilio Zárraga, otro líder del campamento le dijo a la VOA que exigen la presencia de la Cruz Roja Internacional para que haga veeduría de la realización de las pruebas, ya que “hay rumores de que sienten temor de que aquí en Colombia ha habido venezolanos que han salido contagiados por las pruebas”.
Para Eduardo, “ha habido un roce con un funcionario de la Acaldía porque él comenzó a difamar, que nosotros no queremos hacernos los exámenes y eso es totalmente falso. Nos interesa para que cuando lleguemos a Venezuela, no haya ningún impedimento para entrar”, dijo, razón por al cual exigen la presencia del organismo.
“Sabemos el tema político que hay entre Venezuela y Colombia, sabemos eso, pero nosotros no tenemos culpa de la situación que estén enfrentando los dos países, no tenemos culpa de eso, de las relaciones”, añade Eduardo.
El funcionario de la Alcaldía agregó que, para garantizar la seguridad de la población que vive ceca al campamento, se ha cercado el lugar y se hizo un acuerdo para impedir que ingrese más población venezolana. Así mismo, se les ha brindado alimentos para evitar que deambulen por los alrededores.
Al respecto, ambos líderes venezolanos confiesan que “es doloroso para nosotros decirles a nuestro paisanos que deben seguir su camino”.
Así mismo, señalan que dos fundaciones les están ayudando con 60 buses que se encuentran listos para trasladar a alrededor de 2000 venezolanos a su país, pero la VOA no pudo confirmar dicho dato y la Alcaldía señaló que no tienen conocimiento de la veracidad de dicha información.
Transportes legales
Migración Colombia le confirmó a VOA Noticias que han realizado diariamente un trabajo coordinado con la alcaldía. Sobre la autorización de salida hacia Frontera, señala la institución migratoria que se trata de un procedimiento coordinado. En ese caso, cada persona debe comprar su tiquete en la terminal de transporte, para ir evacuando en la medida que haya posibilidad para que crucen por el corredor humanitario.
Así mismo, Migración informó el sábado que debido a restricciones del paso por la frontera, por parte del gobierno venezolano, el ingreso a Venezuela de ciudadanos de ese país por el Puente Internacional Simón Bolívar se realiza solo tres días a la semana, en grupos que no superen las 300 personas para el puente y 100 para el paso por Arauca.
Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, señaló a través de un video que a raíz de la restricción de las autoridades venezolanas, incluso hay días en que solo se da paso a 80 personas. Por ello, dice, se han tenido que suspender “movimientos de esos buses regulares y organizados que hemos coordinado con los diferentes mandatarios locales y regionales hasta que no se produzca una salida voluntaria de aquellos venezolanos que han permanecido en zona de frontera o han llegado caminando”. Espinosa agrega que, de manera gradual, se irá restableciendo el mecanismo.
Según la Alcaldía de Bogotá, del 13 del mayo al 7 de junio, han salido 2.384 migrantes en 104 buses de transporte intermunicipal. “Hoy, vamos a ingresar al terminal de transporte personas que tengan para sus pasajes”; indicó, y afirmó que el martes saldrían 100 personas hacia la frontera y el domingo, 100 más tomaron esa ruta. Aseguró también que, en la medida que la autoridad colombiana migratoria los autorice, los irán evacuando: “Hasta el momento, tenemos 300 personas por semana, día por medio, en grupos de a 100 vamos air despejando esta zona”.
A la fecha, más de 71 mil migrantes venezolanos han logrado retornar a su país gracias a los procedimientos de retorno voluntario generados por el Gobierno Nacional en coordinación con las Alcaldías y Gobernaciones.