La decisión del gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador de anunciar el procedimiento para la transición a lo que llama “nueva normalidad” genera reacciones a favor y en contra sobre todo porque se da a conocer en pleno pico de la pandemia del COVID-19.
El doctor Alejandro Macías, quien fuera el responsable de la prevención y control de la influenza en 2009, consideró complicado que se cumplan los plazos contemplados por el plan gubernamental, cuando ni siquiera está demostrado que ya se haya alcanzado la cifra más alta de contagios.
Dijo que es preocupante que algunas industrias puedan reiniciar labores sin la realización de pruebas de laboratorio a todas las personas que en este momento tengan síntomas en el país, en vez de basarse en tan solo una muestra de los casos.
El gobierno determinó que la construcción, la minería y la producción de equipo de transporte serán consideradas actividades esenciales a partir del 18 de mayo, por lo que podrán funcionar aún en condiciones de alto contagio.
El especialista Alejandro Macías opinó que “en este momento no podemos asegurar que ya estemos en el pico (del número de contagios) de ninguna manera, yo creo que por la forma, el ascenso que hemos tenido todavía, yo esperaría que en al menos una o dos semanas pudiéramos todavía ver algún incremento. Pero otra vez no se puede aventurar una fecha, recordemos que este virus no ha mostrado muy buena propensión a hacer caso a nuestras agendas“.
El subsecretario de Salud, vocero único del gobierno frente a la pandemia, Hugo López Gatell, aceptó que el anuncio de reactivación industrial quizá fue interpretado por algunas personas como un relajamiento de las medidas sanitarias, por lo que hizo un llamado a la población a no bajar la guardia.
"Exactamente ahorita que estamos en el punto máximo de la epidemia, en la cumbre de la curva epidémica, no podemos relajar las medidas. ¿Qué notamos? Que con sólo haber anunciado, o coincidente con el haber anunciado la siguiente fase de reapertura, de desconfinamiento, de regreso a una nueva normalidad, posiblemente hubo un relajamiento y entonces hubo gente que salió a la vía pública”, indicó López Gatell.
El funcionario expresó reconocimiento a las personas que están preocupadas “de escuchar que vamos a salir y escucharlo precisamente en el momento cumbre de la epidemia; pero les reitero: no es hoy, es en 17 días y es en un proceso calculado y estudiado que va a estar sujeto al semáforo y que van a seguir actividades quizá de similar nivel de restricción en varios estados y ciudades”.
Entre los gobernadores también hay diferencias. El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, estimó que la apertura de la industria automotriz -que en el estado genera 30.000 empleos- afectaría las medidas sanitarias puestas en marcha por las autoridades ya que se incrementaría la movilidad de personas de manera inevitable, lo que podría provocar que la situación se saliera de control en los hospitales.
Advirtió: “Yo no voy a cargar con la responsabilidad de lo que ocurra si cuando regrese todo el esquema productivo aquí, en la ciudad, todo se pierda y viene un brote de contagio incontrolable para nosotros, y viene una necesidad de hospitalización que no podamos atender, que nos rebase”.
En contraste el el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, aseguró que su entidad y otros estados como Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Jalisco, están listos con los protocolos correspondientes para reabrir la industria automotriz, con fuerte presencia en la región del Bajío y Centro Occidente del país.