El presidente de México criticó el papel desempeñado por la estadounidense Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en su país, días después de la detención del exsecretario de Defensa mexicano por cargos relacionados con drogas.
El mandatario, Andrés Manuel López Obrador, describió el arresto el jueves del exsecretario Salvador Cienfuegos en Los Angeles como evidencia de la corrupción desenfrenada en gobiernos pasados. Sin embargo, también asestó un duro golpe a una poderosa institución en la que él confía.
Hablando en el sureño estado Oaxaca el sábado, López Obrador dijo que la DEA había tratado durante años con Cienfuegos y con Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad de México entre 2006 y 2012, quien también ha sido acusado en Estados Unidos de delitos de tráfico de drogas.
Durante ese tiempo, afirmó, los funcionarios estadounidenses y mexicanos permitieron deliberadamente el tráfico de armas hacia México en un intento de rastrearlas hasta los líderes de los cárteles, lo que provocó muchas muertes. Pero solo se responsabiliza a los mexicanos, dijo.
"¿Por qué sólo se acusa o se involucra a quienes han participado en estos hechos en México y ellos (la DEA) no hacen una autocrítica o una reflexión de toda la intromisión de esas agencias en México", dijo López Obrador. "Entraban con absoluta libertad al país, hacían lo que querían", agregó.
En vista de la participación de la DEA en actividades de seguridad, dijo, la agencia debe dar cuenta de lo que ha hecho en México.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos, que controla a la DEA, declinó hacer comentarios tras una solicitud de Reuters, argumentando que hay un proceso legal abierto.
El arresto de Cienfuegos ha planteado preguntas incómodas sobre la confianza de López Obrador en las fuerzas armadas, a las que ha dado la responsabilidad no solo de luchar contra las bandas de narcotraficantes, sino también de supervisar la infraestructura civil vital.