Dos hombres que se presume son haitiano-estadounidenses fueron arrestados en conexión con el asesinato del presidente de Haití, dijo el jueves un alto funcionario haitiano.
Mathias Pierre, ministro de elecciones, le dijo a The Associated Press que seis personas han sido arrestadas en las 36 horas desde el asesinato de presidente Jovenel Moïse a manos de hombres armados en su casa antes del amanecer el miércoles.
Otros cuatro presuntos atacantes fueron abatidos a tiros y otros siguen a la fuga, dijo Pierre. Las autoridades habían dicho anteriormente que siete sospechosos habían muerto.
El ministro identificó a uno de los haitiano-estadounidenses detenidos como James Solages, pero no dio más detalles, ni el nombre del segundo haitiano-estadounidense que dice fue arrestado.
Solages se describe a sí mismo como un “agente diplomático certificado”, defensor de los niños y político incipiente en un portal de una entidad caritativa que él estableció en el 2019 en Florida para ayudar a residentes.
En su biografía en el portal, Solages dice que trabajó previamente como guardaespaldas en la embajada de Canadá en Haití. Llamadas hechas a la fundación y a asociados de la misma no obtuvieron respuesta.
Testigos dijeron que dos sospechosos fueron descubiertos ocultos tras arbustos en la capital el jueves por una muchedumbre y que algunos agarraron a los hombres por las camisas y los pantalones, los empujaron y los abofetearon.
La policía arribó a la escena poco después para arrestar a los hombres, que sudaban profusamente y llevaban ropa que parecía estar cubierta con lodo, dijo un periodista de la AP en el sitio. Los agentes los colocaron en la parte trasera de una camioneta y se alejaron del lugar, mientas la gente los seguía corriendo hasta una estación policial cercana.
Una vez allí, algunos en la muchedumbre comenzaron a gritar: “¡Ellos mataron al presidente! Dénnoslos a nosotros. ¡Los vamos a quemar!”.
Uno de los hombres en la muchedumbre dijo que era inaceptable que extranjeros vinieran a Haití a matar al líder del país, refiriéndose a reportes de funcionarios de que los perpetradores hablaban español o inglés.
Posteriormente, la turba incendió varios vehículos abandonados llenos de agujeros de bala que se piensa pertenecían a los sospechosos, que eran de raza blanca. Los coches no tenían matrículas y dentro de uno de ellos había una caja de balas vacía y agua.
En una conferencia de prensa el jueves, el jefe de la policía le pidió al público que mantuviera la calma, se quedara en casa y dejara a la policía hacer su trabajo. Advirtió que las autoridades necesitan la evidencia que la gente estaba destruyendo, incluyendo los vehículos quemados.
Las autoridades no han señalado un móvil para el ataque, y sólo han dicho que fue perpetrado por un “grupo altamente entrenado y fuertemente armado”.
El primer ministro Claude Joseph asumió el gobierno con el respaldo de la policía y las fuerzas armadas, y decretó un estado de sitio de dos semanas tras el asesinato de Moïse, que provocó estupor en un país que sufre los más altos niveles de pobreza, violencia e inestabilidad política del continente americano.
Moïse enfrentó enormes protestas en los últimos meses, que se tornaron violentas cuando los líderes de la oposición y sus partidarios rechazaron sus planes de realizar un referéndum constitucional con propuestas que fortalecerían la presidencia.
El jueves, el transporte público y los vendedores ambulantes seguían siendo escasos, un espectáculo inusual para las calles normalmente bulliciosas de Puerto Príncipe.