El pasado 19 de mayo, el Gobierno colombiano dijo que analizaba la posibilidad de reabrir las fronteras con Venezuela el próximo 1 de junio. Incluso, expidió la resolución por medio de la cual se abren los pasos fronterizos con Panamá, Ecuador, Perú y Brasil.
En entrevista con la Voz de América, el gerente de fronteras de la presidencia colombiana, Luca Gómez, aseguró que con Venezuela es un caso "muy particular porque ahí sí es casi una decisión exclusivamente unilateral”, debido a la desconexión que existen entre los dos gobiernos.
El gerente señaló incluso que aunque es una competencia y decisión de la Cancillería, él ve “muy difícil, que haya un acercamiento para este escenario” con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien el domingo pidió a Colombia coordinar la reapertura de la frontera y advirtió que "nada unilateral va a funcionar".
“Nosotros estamos trabajando, como siempre nos toca con la frontera con Venezuela, mirando nuestras propias cifras, nuestras propias estadísticas y manejando lo que nosotros podemos manejar desde este lado de la frontera”, aclaró Gómez, quien enfatizó en que al principio de la pandemia Colombia intentó “hacer un acercamiento para temas epidemiológicos” sin ningún resultado, así que por ahora han trabajado con autoridades y entidades nacionales para que la reapertura se haga el próximo primero de junio, a través de un sistema de pico y cédula, para que la movilidad tenga algunas restricciones, y con todos los protocolos de bioseguridad.
En cuanto a la negativa de Panamá, al cerrar temporalmente su frontera con Colombia para evitar riesgos para controlar la pandemia de COVID-19 y la respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, que señaló que ese tipo de normas deben implementarse de forma bilateral, Lucas Gómez manifestó que son necesidades de los países vecinos, pero que Colombia estaba lista para abrir.
“Eso es entendible y pues obviamente cuando estamos hablando de pasos fronterizos siempre hay una dimensión, en donde cada uno de los países tiene sus propias posiciones. Lo que intentamos con los países que podemos hacerlo es tener un diálogo”, explicó el gerente, al manifestar que la decisión se tomó a raíz de una revisión “muy juiciosa” las condiciones de epidemiológica del país, con la OPS, la OMS y el Ministerio de Salud.
Venezolanos en medio de crisis colombiana
Al cumplirse casi un mes de las continuas manifestaciones en Colombia, la crisis económica y social se ha exacerbado, y los venezolanos no han sido ajenos a la realidad.
Para el gerente, “las movilizaciones han afectado a todos” en todos los sentidos y no cree que, a pesar de la crisis que vive Colombia, los venezolanos quieran regresar a su país: “Yo creo que de todas maneras están mucho mejor aquí que allá y ellos lo tienen claro”.
Se refirió también a aquellos que se han visto involucrados en actos ilegales o vandálicos: “Hay algunos que se han portado mal” y “han recibido, en el marco del debido proceso, sus procesos de expulsión o deportación, de acuerdo al caso y eso, la autoridad competente lo ha realizado”, pero aclara que en el marco del derecho a la protesta, “aquellos que lo han hecho pacíficamente, se han visto a reconocer ese derecho a la protesta, incluso al no ser nacionales, pero están en nuestro país y pueden hacerlo libremente”.
Aquellos que cometen un delito o que entran en actos violentos, agregó, no podrán optar por beneficiarse del Estatuto Temporal de Protección para migrantes venezolanos (ETPV), el cual busca legalizarlos en Colombia.
Al ser indagado precisamente sobre si este proyecto de legalización, el cual requiere de una gran inversión, puede verse afectado monetariamente, debido a que el Gobierno ha visto cercenada la posibilidad de recaudar fondos adicionales mediante una reforma tributaria, al tiempo que el pueblo le exige una mayor inversión en la sociedad, Gómez dijo que el Estatuto, en la primera fase de regularización -es decir, entregar el documento de identidad a los migrantes de venezolanos-, cuesta alrededor de unos 25 millones de dólares, la cual “es una inversión que ya está cubierta por cooperación internacional” y enfatizó en que “lo que está costando hoy en día la atención a los migrantes, la integración ya la está pagando el Gobierno colombiano”.
La situación en Apure
Miles de venezolanos y colombianos retornados han cruzado la frontera hacia Colombia buscando refugio, tras los combates entre militares venezolanos y disidentes de las FARC, un tema de “gran preocupación” para el gerente.
“Aquí los mensajes son a veces complejos, porque del otro lado la frontera la información es muy difícil. Incluso Venezuela no permite visitas de Naciones Unidas a ese estado y eso pues obviamente complejiza bastante las interpretaciones que hacemos nosotros de lo que ocurre”, manifiesta Gómez
Aclaró a la VOA que Arauquita tuvo un pico máximo de casi 6.000 personas desplazadas, pero que hace un par de semanas, él personalmente pudo corroborar que “alrededor del 30-40 por ciento ya se habían ido de los puntos de atención. Muchos habían retornado a la Victoria, al Estado de Apure, otros habían seguido su ruta hacia el interior del país, hacia el interior de Colombia”.
En este momento, agrega, la estrategia del Gobierno es continuar brindando la atención de emergencia humanitaria hasta el 30 de junio, pero quieren evitar convertirse en “centros o campos de refugiados en su territorio”, así que si las personas deciden radicarse en Colombia, deberán acogerse a las condiciones de los migrantes.
Los gobiernos de Colombia y Venezuela se han acusado mutuamente de "abandonar la frontera". No se ponen de acuerdo en el diagnóstico del problema, mientras las personas del común siguen sufriendo las inclemencias de la violencia. Con miras a una negociación entre el Nicolás Maduro y la oposición, Gómez descartó cualquier tipo de acercamiento.
“Las causas son muy claras… la permisividad frente a grupos ilegales en el territorio, la impunidad con la que ha recibido el régimen de Maduro a las disidencias de las FARC… Hoy en día están pagando esa permisividad, están pagando esa condescendencia con estos grupos. Y finalmente hay unas disputas que nosotros las calificamos incluso disputas entre bandidos”, agregó, así mismo reafirmó que “Colombia nunca ha abandonado la frontera”, sino que ha reforzado los “controles desde el punto de vista de soberanía, sin buscar entrar en conflictos binacionales”.
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