El gobierno de Estados Unidos expresó el lunes su preocupación por la actual situación política y de los derechos humanos que vive el pueblo haitiano.
En la lectura de una llamada telefónica entre la embajadora de EE. UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield y el presidente de Haití, Jovenel Moise, la representante estadounidense dejó en claro “su profunda preocupación por el actual estancamiento político de Haití, la falta de rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos y el deterioro de las condiciones de seguridad”, según la oficina de prensa de la ONU.
El pasado sábado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la extensión por 18 meses del Estatus de Protección Temporal (TPS), que beneficiaría a unos 100.000 haitianos que se encuentran en situación ilegal en EE. UU. El estatus permite a los haitianos permanecer por 18 meses más en suelo estadounidense, evitar la deportación y obtener un permiso de trabajo.
Moise agradeció por medio de un tuit al gobierno del presidente Joe Biden y dijo que esta medida refleja “la fuerza de la amistad entre los dos países”.
Se espera que el gobierno de Moïse concluya en 2022, sin embargo, la alta diplomática estadounidense expresó en la conversación que “hasta la fecha, los preparativos para el referéndum constitucional programado para el 27 de junio no han sido lo suficientemente transparentes o inclusivos”, e instó a las autoridades de la isla antillana a a “celebrar elecciones legislativas y presidenciales libres, justas y transparentes en 2021”.
En febrero pasado debió de haber ocurrido el traspaso de poder, sin embargo una ola de protestas condujo a hechos de violencias, lo que necesitó de la militarización de las calles de la capital Puerto Príncipe.
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