Los casos de COVID-19 se han disparado en Quito, la capital de Ecuador, en las últimas dos semanas y las autoridades temen que los servicios no den abasto para toda la población.
Según los expertos, las fiestas privadas, las aglomeraciones en los mercados y el retorno apresurado a las oficinas después de las medidas tomadas para frenar la expansión del coronavirus han contribuido a que las salas de atención de emergencia de los hospitales públicos y privados estén llenas.
El Consejo Metropolitano ha pedido al Comité de Emergencias Nacional que imponga el toque de queda desde las 7:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana para evitar desplazamientos masivos.
La prefecta de Pichincha, Paola Pabón, describió con alarma que “la situación más difícil la atraviesa Quito, cada hora aumentan 20 casos”.
Por su parte, el alcalde Jorge Yunda señaló que se siguen aplicando en varios sectores de la ciudad, las pruebas rápidas que adquirió el municipio y cuya efectividad había sido cuestionada.
“Son pruebas que tienen su utilidad y que las vamos a seguir utilizando”, dijo Yunda.
En la capital, los empleados públicos de tres entidades nuevamente regresaron a sus casa para continuar sus actividades por teletrabajo.
Todo esto ocurre mientras en la Asamblea Nacional, no se logra el apoyo para escoger al nuevo vicepresidente o vicepresidenta de la república, entre las tres personas que envió el ejecutivo para que uno fuera elegido.
Ecuador ha confirmado hasta la fecha 69.570 casos de coronavirus y 5.130 muertes, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.