La detención domiciliaria es el principio de un largo proceso en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez, que ahora deberá responder ante la justicia por la presunta compra de testigos, por parte de sus abogados, y por supuestos sobornos a miembros de grupos exparamilitares que se encuentran detenidos en cárceles del país con la intención de cambiar sus declaraciones e inculpar al senador de izquierda, Iván Cepeda.
La decisión ha generado toda clase de reacciones. Las manifestaciones en las calles a favor o en contra de este hecho y las diferentes reacciones de las bancadas políticas demuestran la polarización política que en los últimos 10 años ha caracterizado al país, hecho en el que coinciden también algunos analistas políticos.
El propio presidente Iván Duque salió en defensa del exmandatario, de 68 años, quien además es su mentor político. En entrevista con La FM, Duque reiteró el miércoles en la mañana que su rechazo ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia y señaló que "un hombre que no pueda ejercer su defensa en la libertad, a mí como colombiano, me causa enormes preocupaciones", señalo el mandatario.
“Álvaro Uribe ha enfrentado todos y cada uno de los cuestionamientos con estoicismo. Una persona que ha tenido el honor de presidir este país debe poder defenderse en libertad”, agregó Duque.
En un pronunciamiento hecho el martes, el presidente colombiano exaltó la amistad que lo ha unido con Uribe, destacó los cargos públicos desempeñados por el expresidente y afirmó que gracias a sus dos mandatos.
Entre tanto, el senador Iván Cepeda, contraparte de Uribe en el proceso, dijo que el fallo fortalece la democracia. “No hay individuos, no hay personas que en Colombia estén por encima de la justicia y de la ley por muy poderosas e influyentes que sean”, apuntó el congresista de izquierda, quien agregó que hay un abundante material probatorio que sustenta la decisión y él está listo a afrontar la nueva etapa que se inicia, con serenidad y sin actitudes arrogantes.
Mientras tanto, desde el Centro Democrático, partido del expresidente Uribe, copartidarios como el representante a la Cámara, Juan David Vélez, cerraron filas en su defensa y la emprendieron contra la izquierda y el proceso de paz, al que Uribe siempre se ha opuesto.
“Hoy celebra Maduro, sus aliados en Colombia, el comunismo, los que se sentaron a firmar un acuerdo en La Habana, mientras que los que defendemos la libertad y la democracia vemos como encarcelan a quien es el muro de contención del socialismo del Siglo XXI", Vélez ante la plenaria de la Cámara baja del Congreso colombiano.
Sobre Uribe los hechos recientes dijo: "Quien le devolvió la libertad a Colombia, hoy pierde su libertad por una injusticia”.
No obstante, desde sectores políticos más moderados se pidió respeto por la justicia y la institucionalidad. El senador Luis Fernando Velasco dijo que “en este momento el país precisa de serenidad y respeto; respeto por la división de poderes, respeto por la decisión de los jueces” e hizo un llamado a la serenidad ante llamados irresponsables por parte de sectores radicales del uribismo. El congresista dijo que “el país precisa de más bomberos y menos pirómanos”.
La polarización
Para Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, con esta decisión, "que el uribismo plantea como una especie de persecución política, pues obviamente la polarización va a ser mayor", lo que puede tener efectos "en la legitimidad del proceso de paz porque obviamente lo que va a hacer el uribismo es que le va quitar crédito para empezar a equiparar un poco la JEP [Jurisdicción Especial para la Paz] con la Corte Suprema de Justicia y lo que acaba de hacer con Uribe. Ya están hablando de refundar el país, a través de una nueva Constitución y muy probablemente van a tratar de denunciar internacionalmente esta campaña contra Uribe".
Por su parte, el analista político Jorge Iván Cuervo, docente de la en la Universidad Externado de Colombia e investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales CIPE, le explicó a la Voz de América que es muy probable que todos los temas en los que Uribe es un eje central de la discusión -el acuerdo de paz, el origen y desarrollo del conflicto, el rol del narcotráfico en la sociedad, etc.- pueden ahora ahondar la polarización.
Yann Basset, politólogo y director del Grupo de Estudios de la Democracia (DEMOS) de la Universidad del Rosario dice que esa división hace parte del efecto inmediato de la decisión, pero advierte en que hay que esperar con calma.
Para él, la pandemia y sus efectos económicos pueden ser el tema central de muchas personas "y los políticos, que viven en su mundillo, tienen tendencia a exacerbar un poco el tema de Uribe y a sobreactuarse sobre el tema, pero de pronto olvidan que el estado de la opinión no se centra sobre esto, a partir de minorías activas a favor y en contra, que son muy visibles, pero que no necesariamente representan a todo el mundo".
¿Se ve afectado el actual gobierno?
Los analistas señalan que la decisión puede tener impactos significativos sobre el gobierno de Iván Duque.
Al analista Jaramillo señaló a la VOA que la administración actual se veía muy debilitada por revelaciones recientes sobre la financiación de su campaña, por parte de narcotraficantes, así como las relaciones del hermano de la vicepresidenta, capturado en Estados Unidos, por narcotráfico. Y que "su principal jefe ideológico, en este momento, se encuentra privado de la libertad y en un proceso que avanza... es un golpe durísimo al partido de gobierno y muy probablemente va a derivar en un vacío aún mayor", dice el analista.
Basset coincide en que es un gran golpe para la fuerza política, para el gobierno y, quizás genere una posible "radicalización" de su partido, el Centro Democrático, que según explicó el experto a la VOA, puede presionar al gobierno para adoptar a una actitud más radical sobre los acuerdos de paz o la Justicia Transicional, entre otros temas que ha impulsado el partido.
"Al principio del año, el presidente Duque cambió un poco de estrategia y trató de ampliar la coalición a nuevas fuerzas políticas, poner adelante los temas económicos y sociales, que son mas consensuales y esta estrategia queda un poco en entredicho por este giro", opinó Basset.
El investigador de la CIPE, por su parte, señala que el discurso de Duque del día martes, no dio "buenas señales porque apeló más a la convicción personal, del expresidente Uribe de ser su amigo y su mentor, y él, como jefe de Estado ,tenía que enviar un mensaje de respeto a las instituciones, de respeto a la independencia de la rama judicial, de respeto por la decisión".
Frente a la petición del Centro Democrático de una Constituyente que unifique los altos tribunales actuales y dé paso a una corte única, el analista agrega que el presidente debe "deslindarse" de esas ideas esas propuestas y "defender una institucionalidad" y volcase a la coyuntura, la cual "podría ser una ventana de oportunidad para que sus dos años que le queden termine con algunas ejecutorias y no lánguidamente como hasta ahora ha ido gobernando".
A este propósito, Duque señaló a La FM el miércoles que el país sí necesita una reforma urgente a la justicia, pero que se trata de un “proceso largo”, de estructura y no de coyuntura, razón que le llevará a reunirse con su partido y con otros sectores para evaluar una opción rápida.
“El país necesita una reforma a la justicia. Hemos recibido propuestas de partidos, de Altas Cortes, de la academia, porque hay un consenso nacional en que alcancemos una reforma, pero se debe buscar el mecanismo más expedito y que ofrezca una solución pronta”, argumentó.
Un hito
Los analistas coinciden en que la decisión de la corte es trascendente porque se está hablando de un expresidente muy popular a lo largo de sus dos mandatos y que sigue vigente en la coyuntura política del país.
Cuervo llama el hecho como "verdaderamente novedoso y excepcional", teniendo en cuenta que es un "protagonista central de la política colombiana de los últimos 20 años" y que en Colombia "hay una cultura política de protección de la figura del presidente de la República" por ello, "el diseño institucional del juzgamiento de la conducta de los presidentes es tan complejo y tan exigente".
"Se cae un poco el mito de Álvaro Uribe como una especie de intocable frente a la justicia. Actualmente, él enfrenta muchísimos procesos, más de diez", observó el profesor Jaramillo.
Sin embargo, el analista Basset llama a la prudencia y dice que no se debe "exagerar" debido a que es el principio de un proceso judicial largo y complicado, en el que el exmandatario, además, tendrá la oportunidad de apelar.
Con el extenso expediente, que reúne cientos de pruebas en favor y en contra, entre ellas interceptaciones hechas por la Fiscalía al propio Uribe, el expresidente deberá afrontar, privado de la libertad, el proceso ante la Corte Suprema de Justicia, un hito en la historia colombiana.