Las protestas masivas que comenzaron el lunes en Cuba habían tenido un antecedente a menor escala en los últimos meses, pero de todos modos sorprendieron a la región y al mundo por la magnitud de las demandas populares que colocaron a la isla en los titulares por un motivo diferente: los cubanos salieron a las calles a reclamar por la falta de alimentos, medicamentos y libertad.
Las manifestaciones del domingo difieren de las marchas convocadas desde hace más de seis décadas por las autoridades comunistas, cuando las consignas eran contra el "imperialismo", el "capitalismo" y de "repudio" al gobierno de Estados Unidos.
Las recientes consignas de los cubanos van desde "No tenemos miedo" hasta queremos "vacunas y libertad".
El gobierno que lidera Miguel Díaz-Canel ha culpado de los disturbios a los cubanoamericanos en las redes sociales y del embargo de décadas del gobierno de Estados Unidos a Cuba. Achacan también la reciente ola de protestas a las sanciones y restricciones impuestas por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la caída del turismo relacionada con la pandemia han ejercido una presión adicional sobre la economía cubana en los últimos años.
Los medios estatales cubanos dijeron el martes que el jubilado presidente Raúl Castro se había reunido el domingo con el actual gobierno para discutir la situación interna, en su condición de General de Ejército en retiro.
El gobierno de Estados Unidos ha reiterado que nada tiene que ver con las protestas. El presidente Joe Biden dijo esta semana que está con el pueblo y sus demandas y al gobierno advirtió que escuche a su pueblo. Senadores estadounidenses de origen cubano han reiterado que "una intervención militar estadounidense" no ocurrirá. El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, advirtió el martes a los cubanos que no intenten emigrar por el mar. Varios funcionarios han reiterado que la política hacia Cuba "está en revisión".
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A continuación cinco puntos claves sobre Cuba:
Décadas de crisis económica
En Cuba está vigente un sistema socialista desde hace más de 60 años, gran parte de los cuales la economía estuvo centralizada. En varias ocasiones en que se agravó la situación económica tras el derrumbe del socialismo soviético -su antiguo aliado y benefactor- las autoridades implementaron tibias reformas económicas para paliar la situación.
La más reciente reforma comenzó en 2007, cuando el jubilado a Raúl Castro reemplazó en el cargo a su hermano y líder de la revolución de 1959, Fidel Castro. Para ese momento permitió a los cubanos acceder a internet, tener pequeños negocios privados, viajar al extranjero sin solicitar un "permiso de salida" y repartió tierras en usufructo para impulsar la producción de alimentos.
A la larga, las reformas resultaron insuficientes y mostraron su ineficacia para resolver los graves problemas sistémicos que enfrenta la economía de corte socialista.
Tras reemplazar a Raúl Castro en la presidencia de la isla en abril de 2019, Díaz-Canel continuó el plan de reformas, conocido oficialmente como "actualización del modelo económico" de Cuba. En los últimos meses puso velocidad a uno de los temas más sensibles: la unificación monetaria. Como resultado, dejó en circulación solamente el peso cubano (con el que paga la mayoría de los salarios a empleados estatales) y eliminó la versión local de la moneda convertible (con la que vende la mayoría de los productos de primera necesidad).
Como parte del ajuste económico de los últimos meses, fueron elevadas las tarifas de servicios subvencionados por décadas, como la electricidad, el gas para cocinar y el agua potable.
"Nos están matando de hambre", dijeron el domingo los cubanos en distintos pueblos y ciudades, de un extremo a otro de la isla.
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Pandemia
Cuba consiguió controlar la pandemia en los primeros momentos, pero en meses recientes las cifras se elevan tanto de contagios como de muertes. El propio gobierno ha dicho que es preocupante la situación. Incluso, han admitido públicamente que no tienen siquiera suficientes jeringuillas para vacunar a los cubanos con sus candidatos vacunales.
Dos días antes del inicio de las protestas del domingo, Francisco Durán, el principal epidemiólogo de Cuba, dijo que la cifra de pacientes contagiados había ascendido a 6.422, mientras que el número de muertes fue de 28 para un total de 1.451 decesos en 19 meses. El miércoles y el jueves de la pasada semana se habían reportado 3.664 casos y 3.819 personas con la enfermedad, acumulando 18 y 26 muertes, respectivamente. "Son indicadores muy desfavorables (...) y la provincia de Matanzas enfrentando una situación epidemiológica extremadamente compleja", dijo Durán en una rueda de prensa la pasada semana.
Una campaña en las redes sociales previo a la pandemia bajo la consigna #SOSCuba, pedía una intervención humanitaria en la isla para hacer frente a la pandemia. Casos de cubanos que murieron de COVID-19 sin atención médica circularon en las redes.
En la redes circularon fotografías y videos que mostraron hospitales colapsados con pacientes que permanecían en los pasillos sin las condiciones necesarias. La joven cubana Lisveilys Echenique narró en vivo desde su cuenta de Facebook que su hermano había fallecido de COVID-19 sin que recibiera atención médica. Mientras narraba lo sucedido, el cadáver del hermano permanecía en la sala de la casa, que mostró varias veces durante su transmisión en vivo.
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Escasez reciente agudizada
A 24 horas de las protestas, el presidente de Cuba hizo una inusual aparición televisiva al amanecer del lunes, en la que dijo que las protestas del domingo buscaban "fracturar la unidad" del pueblo cubano. No obstante, reconoció que "algunos" de los protestantes tenían demandas "legítimas", mientras otros están siendo manipulados por "el enemigo".
En apariciones posteriores admitió que no tienen recursos económicos suficientes para hacer frente a la pandemia y a otras necesidades básicas de los cubanos, como alimentos y medicinas. Una vez más achacó al embargo estadounidense la debacle económica de la isla. Además ocupó tiempo en resaltar "los logros" de su gobierno, incluyendo que cuenta con varios candidatos vacunales para combatir el COVID-19.
Dijo que los detendidos durante las protestas, cuya cifra no aclaró, muchos cometieron actos de saqueos en los mercados y los catalogó de "delincuentes".
"Hay un sector que delinque. Ayer vimos delincuentes. Ayer la propuesta no fue pacífica, hubo vandalismo (…) apedrearon a fuerzas de la policía, viraron carros. Un comportamiento totalmente vulgar, indecente, delincuente", afirmó el mandatario cubano.
No obstante, admitió que también hubo robo de alimentos en los mercados el domingo.
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Acceso a internet y la prensa en Cuba
La firma de monitoreo de Internet NetBlocks dijo el martes que el gobierno cubano había restringido el acceso a varios servicios de mensajería móvil y redes sociales, incluidos Facebook y WhatsApp.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, negó que el gobierno estuviera cerrando el acceso a internet, después que desde el pasado domingo los cubanos no pueden acceder. Hasta el martes no había sido informada falla alguna de parte del consorcio estatal de comunicaciones, ETECSA. "Hemos tenido problemas de electricidad. Tenemos problemas de comunicación; problemas de conectividad", dijo el canciller cubano el martes. "Y es cierto que estamos en una situación compleja, y es cierto que en estos días ha habido falta de energía eléctrica, lo que también afecta al funcionamiento de las redes de los nodos del servidor de telecomunicaciones".
En Cuba los medios están controlados por el Estado según la propia Constitución del país. La prensa independiente, a menudo críticas, perseguida y hostigada por el gobierno, solamente es de contendio digital porque está prohibida la circulación impresa.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price Price dijo que Estados Unidos está pidiendo a Cuba que abra "todos los medios de comunicación". Sobre el corte de internet indicó Price: "Apagar la tecnología, cerrar las vías de información, eso no hace nada para atender las necesidades y aspiraciones legítimas del pueblo cubano".
Sobre la interrupción del servicio de internet desde el pasado domingo señaló Henken: "No quieren que circulen imágenes de la represión, a veces hasta sangrientas".
Sobre la interrupción en la isla del servicio de internet, controlado por un consorcio estatal que tiene la exclusividad en la nación, Menéndez comentó: ¿Por qué un gobierno cierra internet a su pueblo? Solamente porque tiene miedo a sus ciudadanos. No hay razón para cerrar el internet. Eso es lo que está haciendo el régimen de Cuba, cerando el internet para que el mundo no sepa lo que está pasando y para que cubanos no podamos hablar los unos con los otros".
"Debemos de buscar formas de cómo abrir el internet al pueblo cubano y creo que hay formas de poder hacer eso", concluyó.
Los protagonistas de las protestas
Los rostros de los jóvenes eran mayoría en las imágenes que inundaron las redes el domingo de las protestas que se iniciaron en la ciudad de San Antonio de los Baños, en el suroeste de La Habana y se extendieron por todo el país.
Se trata en su gran mayoría de la generación que nació en el popularmente conocido como "período especial", en la década de 1990, cuando la isla tocó fondo por el derrumbe del socialismo de la ex Unión Soviética. Con ello, Cuba perdió su principal socio y comprador de su producción azucarera, que hasta entonces había sido su principal industria. Muchos de los que salieron a las calles son jóvenes y adolescentes, hijos y nietos de muchos de los profesionales que dejaron sus puestos calificados para ir a trabajar al turismo y otros sectores de la economía emergente, donde podían acceder al dólar.
No obstante, también hubo jóvenes entre los grupos de simpatizantes que salieron en una contramarcha, después que el presidente cubano los conminó a salir a contrarrestar las marchas populares. "La calle es de los revolucionarios", gritaban los manifestantes convocados por el gobierno.
Los sociólogos los catalogan como la generación "desconectada", que no muestra compromiso con la épica ni el liderazgo histórico. "Cuba es una dictadura", dijo un joven en un video publicado por la agencia de noticias Reuters.
"(Díaz-Canel) se ha mostrado igual de rígido, igual de conservador a mi juicio, que los gobernantes de siempre", dijo entonces a la VOA Ted Henken, experto en Cuba del Baruch College de Nueva York. "No va a dialogar sobre los asuntos fundamentales (...) A través del diálogo con el gobierno actual, yo no veo que eso va a llegar a ninguna parte", agregó, indicando que a juzgar por los hechos "no hay señal de apertura".
[Escrito por Rosa Tania Valdés y Waldo Serrano]
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