La pandemia del coronavirus está tomando un camino muy diferente en dos de las ciudades más importantes de Sudamérica, con la apertura de los cines en Buenos Aires, la capital de Argentina, y nuevas restricciones en Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil.
En medio de una disminución de los nuevos casos de COVID-19 y de las hospitalizaciones en la ciudad y el estado de Buenos Aires, la población ya puede desde el miércoles acudir a las salas de cine cerradas desde hace 11 meses debido a las medidas para frenar la propagación de la pandemia.
La alentadoras cifras ya habían permitido a las autoridades argentinas dar luz verde a la reapertura de bares y restaurantes, con horarios restringidos, a mediados de febrero, mientras que desde enero algunos cines funcionaban en otras ciudades del país.
Sin embargo, habrá ciertas limitaciones, como solo llenar las salas en un 30 por ciento de su capacidad en la capital y 50 por ciento en la provincia de Buenos Aires, más el uso de mascarillas y distancia entre asientos para los asistentes.
Las funciones también serán más espaciadas para fumigar las salas y se está exhortando a los bonaerenses a comprar sus entradas y alimentos por internet.
Los casinos de Buenos Aires reabrieron a finales de 2020 y las autoridades analizan ahora cuándo podrá el público regresar a los estadios de fútbol.
La pandemia no da tregua en Brasil
En contraste con Buenos Aires, la ciudad brasileña de Sao Paulo, de 12 millones de habitantes, parece haber regresado a los primeros días de la pandemia. Un nuevo brote de coronavirus ha comenzado a propagarse con una nueva variante más infecciosa que está poniendo en peligro al sistema de salud.
El gobernador del estado, Joao Doria, anunció el miércoles nuevas medidas por dos semanas que entrarán en vigor el sábado, como el cierre de bares, restaurantes, centros comerciales y negocios no esenciales.
Doria dijo que el estado está recibiendo un nuevo paciente en las unidades de cuidados intensivos cada dos minutos.
También en Río de Janeiro, la segunda ciudad más grande de Brasil, habrá nuevas medidas desde el viernes para frenar la propagación del coronavirus, entre ellas un toque de queda desde las 11:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana.
Aunque las muertes y las infecciones por COVID-19 están disminuyendo en casi todo el mundo, en Brasil murieron el miércoles un récord de 1.910 personas.
Brasil es la segunda nación en cantidad de muertes por COVID-19 en el planeta, después de Estados Unidos, con más de 259.000.
Argentina y Brasil hicieron frente a la pandemia de formas diferentes. El presidente argentino, Alberto Fernández, impuso una de las más largas cuarentenas en el mundo desde marzo hasta octubre, su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, minimizó el peligro del COVID-19 e insistió en no cerrar la economía.
Los expertos opinan que las medidas de control dieron resultados. También dicen aunque las vacunaciones contra COVID-19 ya comenzaron en ambos países, han sido más ordenadas en Argentina.
