Bolivia pasó la barrera de los mil fallecidos por el nuevo coronavirus con 57 decesos en un día, la mayor cifra desde que se declaró la emergencia sanitaria el 29 de marzo.
Autoridades y expertos advirtieron que la tasa de contagios está en ascenso desde que se flexibilizó la cuarentena hace 30 días.
En junio los contagios y decesos se triplicaron mientras en las calles la vida es casi normal, incluso con marchas y protestas cotidianas que no guardan el distanciamiento, como recomiendan las autoridades.
Con 32.125 casos hasta el martes, Bolivia registra un 28% de pacientes recuperados, una las tasas más bajas de la región en comparación con el 85% de Chile o 55% de Brasil, según la Organización Mundial de la Salud.
En tanto, en la región de Santa Cruz, que tiene el 60% de los casos, se anunció que desde el seis de julio se realizará una flexibilización de la cuarentena con la que se hará una reapertura de las actividades incluyendo el retorno del servicio de transporte público. El colegio médico de esa ciudad anunció su rechazo a la medida, ya que consideran que en la región habrá un incremento de casos.
“No tenemos las condiciones y no vamos a tener las condiciones para atenderlos a todos”, dijo Alfredo Anzoategui representante del colegio médico en Santa Cruz.
De acuerdo con las previsiones del Ministerio de Salud, la expansión más acentuada de la pandemia se extenderá hasta después de las elecciones presidenciales del 6 de septiembre.
Las protestas son cotidianas: maestros públicos que rechazan planes gubernamentales de educación virtual, padres de familia que reclaman pensiones escolares, artesanos y dueños de talleres que piden ayuda al gobierno para salvarse de la quiebra, trabajadores de la salud pública que exigen más personal y equipos de bioseguridad.
El Director Nacional de Epidemiología, Virgilio Prieto, dijo que los mayores contagios ocurren en las ferias populares, mercados al aire libre donde la gente se aglomera para abastecerse a precios más bajos.
