Argentina se abstuvo de firmar el documento emitido por 59 países, miembros de la Organización de las Naciones Unidas, en el cual se repudiaron las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua, la libertad de los dirigentes opositores encarcelados y el llamado a elecciones libre.
Desde la Cancillería justificaron que “si bien acompañan en todos sus términos el informe de la Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, la negativa responde a una tradición argentina de no firmar documentos conjuntos en contra de un país y que se opone a modificar sistemas electorales de otros países”.
Previamente también se abstuvo de votar en la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que exige al Gobierno de Daniel Ortega una reforma electoral inmediata que incluye una reestructuración del Consejo Supremo Electoral para garantizar la transparencia de los comicios presidenciales convocados para noviembre de 2021.
La posición de la Administración de Alberto Fernández ha suscitado diferentes reacciones por parte de distintos dirigentes políticos y en el mismo Congreso Nacional.
El Auditor General de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, señaló “que este camino diplomático aleja al país de las naciones democráticas del mundo”.
Pichetto dijo que la acción “vulnera” la política interna de derechos humanos. “Estamos hablando de eso, Dictaduras […] El silencio de sepultura que tienen. Estas políticas y estos encolumnamientos con Venezuela, con Nicaragua, con Cuba... son con países que vulneran y lesionan los derechos humanos, que cometen torturas, que matan opositores, que meten presos a opositores.... es inexplicable. Sólo para a los sectores radicalizados del propio Gobierno”, dijo.
Mientras por su parte la diputada Patricia Bullrich, líder de la oposición Juntos por El Cambio, afirmó que “el gran desafío es derrotar en las elecciones legislativas de medio término al Gobierno Kirchnerista, para empezar a cambiar estos lineamientos”, ya que el país suramericano podría seguir el mismo camino de Nicaragua.
“Frenar que Argentina no sea Nicaragua, no sea un país que va hacia un régimen autoritario absolutamente represor como es hoy Ortega”, puntualizó la congresista.
Con cinco opositores presidenciales de la oposición ahora detenidos, organismos internacionales creen que, Daniel Ortega, de 75 años y quien ha gobernado Nicaragua desde 1979 a 1990, y luego desde 2007 a la fecha está despejando el camino para un cuarto mandato consecutivo.
Desde principios de junio y a cinco meses de las elecciones presidenciales, las fuerzas de Ortega han detenido a 19 personas, entre opositores, periodistas, empresarios y un banquero.
Todos enfrentan cargos de "incitación a la injerencia extranjera" en virtud de una ley aprobada por el parlamento en diciembre pasado para defender la "soberanía" de Nicaragua. La ley ha sido ampliamente criticada como un medio para congelar a los desafiantes y silenciar a los oponentes.
Miembros del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) han defendido sus acciones diciendo que los detenidos eran "usurpadores" financiados por Estados Unidos para derrocar a Ortega.
[Nota radial original de Juan Ignacio González Prieto adaptada para la web]
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