Pese a que el aborto es aceptable en la mayoría de países de América Latina, en la región sigue siendo un desafío difícil de superar con respecto a políticas de salud reproductiva. Está permitido en Argentina, Uruguay, Cuba, Guyana y Guyana Francesa. Está totalmente prohibido en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Haití, Jamaica, República Dominicana y Surinam.
La inflexibilidad de las leyes y el acceso limitado a la salud reproductiva en la región obligan a la mayoría de las mujeres latinoamericanas a buscar procedimientos inseguros. Según datos de organismos internacionales, 5,4 millones de mujeres abortaron entre el 2015 y el 2019. Las mismas cifras determinan que el procedimiento inseguro causó la muerte de un 10% de las muertes maternas en toda la región.
Paula Ávila-Guillén, abogada y Directora Ejecutiva del Centro Para la Equidad de la Mujer y María Herrera Mellado, abogada especialista en temas internacionales en América y Europa, debatieron en Foro, de la Voz de América, los desafíos, las leyes y el estigma que el aborto representa en el continente.
Aborto, “derecho humano”
Para Ávila-Guillén, en el continente se han dado pasos importantes a favor de la legalización del aborto, no obstante, asegura que el camino es largo y espinoso aún. Entre los escollos, dice la especialista, destacan leyes severas que, en algunos casos se enquistan a nivel de la constitución misma de los países. Pero además, el limitado acceso al procedimiento y la penalización de la mujer es, a criterio de Ávila Guillén, un “tema de derechos humanos”.
La llamada “Ola Verde” que catapultó la legalización el aborto en Argentina el 30 de diciembre de 2020, afecta hora, dice esta activista, los movimientos sociales en toda la región. Colombia, México, Brasil y Chile han iniciado un robusto movimiento que busca suprimir restricciones y eliminar procedimientos criminales en el tema de la salud reproductiva.
Mejor educación sexual
La doctora Herrera Mellado, por su parte, defendió el derecho a la vida y abogó más bien por una sólida y mejor educación sexual y la prevención del abuso de las mujeres.
“Soy española estadounidense y puedo explicar con lujo de detalle el desastre que han sido las políticas de aborto en España, el país donde nacen menos niños en el mundo y esto es debido a esas políticas globalistas que han hecho creer a la mujer que deshacerse del cuerpo de otro ser humano es la solución. Eso conlleva depresión, suicidio y no es la respuesta”, dijo.
La pandemia ha aumentado de forma alarmante la violencia doméstica y de acuerdo a datos de Naciones Unidas, para finales de 2020, más de 2,2 millones de embarazos no deseados se registraron en la región. De ellos, detallan los datos, más de un millón resultó en un aborto, con casi 4 mil muertes maternas y 51,400 muertes infantiles.