La cifra de muertos en una serie de motines ocurridos el martes tres cárceles de Ecuador aumentó este miércoles a 79, mientras el gobierno informó que había retomado el control de los penales.
Cientos de policías y militares resguardaban las prisiones en Guayaquil, Cuenca y Latacunga, donde reclusos amotinados se enfrentaron entre sí con armas blancas de fabricación artesanal.
El ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, atribuyó los incidentes a "una acción concertada de las organizaciones criminales para generar violencia en las cárceles del país."
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI), informó que 37 reclusos murieron en Guayaquil, ocho en Latacunga y 34 en Cuenca. En esas prisiones se concentra el 70% del total de la población carcelaria del país.
Fue la mayor cifra de muertos en amotinamientos en la historia penal de Ecuador. En diciembre pasado, varios motines en cárceles ecuatorianas atribuidos a disputas de poder entre organizaciones delictivas y del narcotráfico dejaron 11 reclusos muertos y otros siete heridos.
El gobierno ha dicho que las bandas comenzaron a disputar un espacio de liderazgo desde entonces, cuando uno de los líderes de la agrupación llamada Los Choneros fue abatido en un centro comercial de la ciudad de Manta, meses después de haber obtenido su libertad. Los Choneros se atribuían el liderazgo en las cárceles.
Los nuevos disturbios comenzaron cerca de la medianoche del lunes y se prolongaron durante gran parte del martes. Fotografías y videos en las redes sociales muestran a presuntos presos decapitados y desmembrados en medio de charcos de sangre.
El director de prisiones, Edmundo Moncayo, dijo que unos 800 policías ayudaron a recuperar el control de las instalaciones.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, informó en Twitter que había pedido al ministro de Defensa "ejercer un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios".
Familiares de los presos permanecían fuera de las cárceles en busca de información sobre sus seres queridos.
Por otra parte, el Sistema de las Naciones Unidas capítulo Ecuador pidió en un comunicado “una investigación pronta e imparcial, la sanción correspondiente a los responsables y una gestión de la crisis conforme a los estándares de la constitución y los instrumentos internacionales de los derechos humanos”.
El sistema penitenciario de Ecuador alberga a unas 38.000 personas y dispone de 1.500 guardias para su custodia. El gobierno decretó un estado de excepción carcelario que concluyó en diciembre, y que buscaba básicamente recuperar el dominio sobre las cárceles.
La SNAI, ha reconocido la falta de personal de seguridad, lo que "dificulta las acciones de respuesta inmediata" frente a las revueltas de presos.