Sentimientos de tristeza y alegría se mezclaron la madrugada del jueves cuando arribaron los marinos de la fragata Libertad requisada en Ghana a su tierra, Argentina.
Entre lágrimas y abrazos a sus familiares los integrantes de la tripulación expresaron su frustración al dejar en Ghana a la única fragata propiedad de Argentina y que la presidenta Cristina Fernández se negó a negociar para su devolución.
La fragata de tres mástiles fue confiscada por la empresa NML Capital, un fondo de inversión por una deuda que tiene Argentina por 284 millones de dólares más intereses por bonos soberanos que entraron en mora al final de 2001 justo cuando al país atravesaba una profunda crisis.
Abogados de NML Capital dijeron a un juez ghanés que podían liberar la nave si Argentina paga una fianza de 20 millones de dólares a lo que Fernández ha expresado una rotunda negativa. "Se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie", aseveró Fernández.
El capitán del buque y una tripulación mínima de 44 marinos permanecen para mantener la fragata en el puerto de Tema, donde las autoridades se quejaron de que se ha convertido en un estorbo y le cuesta al gobierno miles de dólares diarios en cuotas no recibidas, debido a que obliga a demorar la recepción de la carga de otros buques que hacen fila en el mar.
Entre lágrimas y abrazos a sus familiares los integrantes de la tripulación expresaron su frustración al dejar en Ghana a la única fragata propiedad de Argentina y que la presidenta Cristina Fernández se negó a negociar para su devolución.
La fragata de tres mástiles fue confiscada por la empresa NML Capital, un fondo de inversión por una deuda que tiene Argentina por 284 millones de dólares más intereses por bonos soberanos que entraron en mora al final de 2001 justo cuando al país atravesaba una profunda crisis.
Abogados de NML Capital dijeron a un juez ghanés que podían liberar la nave si Argentina paga una fianza de 20 millones de dólares a lo que Fernández ha expresado una rotunda negativa. "Se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie", aseveró Fernández.
El capitán del buque y una tripulación mínima de 44 marinos permanecen para mantener la fragata en el puerto de Tema, donde las autoridades se quejaron de que se ha convertido en un estorbo y le cuesta al gobierno miles de dólares diarios en cuotas no recibidas, debido a que obliga a demorar la recepción de la carga de otros buques que hacen fila en el mar.