Lera es cubana-ucraniana. Cuando tenía poco más de 20 años decidió emigrar al país natal de su madre, donde vive parte de su familia. En Cuba no veía oportunidades para progresar así que hizo las maletas.
"Yo vivo o vivía, no sé, en Kiev (...) Me desperté el jueves [24 de febrero] con la primera bomba que tiraron", dijo a VOA a través de un mensaje enviado por WhatsApp.
No quiere que revele su nombre completo porque está en Polonia, intentando llegar a España o Estados Unidos, donde tiene familia. Detrás quedó la abuela, tíos y primos. También los amigos que hizo hace 10 años, cuando llegó a Kiev, el primer país extranjero que visitó.
"Vamos a ver cómo salen las cosas", dice al despedirse. "Un abrazo fuerte", me regala cuando le digo que todo saldrá bien.
Lera no es una excepción.
A muchas mujeres y hombres en Ucrania la vida les cambió de golpe cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó un ataque masivo y no provocado contra el país de Europa del Este de unos 44 millones de habitantes en la madrugada del pasado 24 de febrero.
A 12 días de la invasión rusa, enlistarse o huir son apenas las opciones en medio de escenas caóticas que se repiten. Muertos, mutilados, destrucción y separaciones son el saldo dramático de una guerra que muchos no se explican.
Mientras gran parte del mundo celebra el Día Internacional de la Mujer el martes, cientos de miles de mujeres ucranianas llegan a países vecinos que las acogen en medio del dolor. Un decreto del gobierno de Ucrania que prohíbe a los hombres de 18 a 60 años salir del país significa que la mayoría de los que huyen de Ucrania son mujeres y niños.
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La cantidad de personas que huyeron de Ucrania desde que comenzó la guerra la semana pasada alcanzó los 2 millones el martes, según la agencia de refugiados de la ONU, en lo que llamaron la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La mayoría de los refugiados buscan seguridad en Polonia (más de 1 millón habían ingresado al país hasta el lunes), mientras que unos 180.000 habían cruzado la frontera de Ucrania hacia Hungría.
El reto de "permancer cuerdos"
Vestida de camuflaje, con parte del cabello cubierto por un pequeño velo de encaje blanco y un ramo de flores en la mano, Lesia Ivashchenko apareció en las noticias el domingo pasado. Rodeada de invitados también vestidos para la guerra y ante un capellán militar, recibió su anillo de compromiso en una ceremonia nupcial que probablemente no habría ocurrido en época de paz.
Lesia se casó el pasado domingo en Kiev con Valerii Filimonov, su pareja durante 20 años. Tienen una hija de 18 años y para ellos casarse no tuvo relevancia hasta hace apenas unos días.
“Decidimos casarnos porque vivimos tiempos difíciles y nunca sabes lo que te va a pasar mañana. Por eso es mejor hacerlo cuanto antes”, dijo a reporteros el novio.
Lesia dice, en un video distribuido por Reuters, que es cuestión de "vivir el momento".
"Para permanecer cuerdos, necesitamos vivir en un momento, manteniendo la esperanza en algo mejor (...) [la boda] apoya mi espíritu”, afirmó Lesia, que como muchas mujeres ucranianas es parte de la Unidad de Defensa Civil de Ucrania en estos días en que ha decidido quedarse y defender a su país de la invasión.
La cifra de bajas civiles en Ucrania hasta el domingo 6 de marzo era de 406 muertos y 801 heridos, de acuerdo a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
De los 406 muertos, 77 hombres, 45 mujeres, 8 niños y 4 niñas, así como 15 niños y 257 adultos cuyo sexo aún se desconoce.
Entre los 801 heridos hay 72 hombres, 51 mujeres, 11 niñas y 2 niños, así como 29 niños y 636 adultos cuyo sexo aún se desconoce.
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De la pandemia a la guerra
La primera dama ucraniana, Olena Zelenska, y sus dos hijos, permanecen en Ucrania, pese a que el propio presidente Volodymyr Zelenskyy ha dicho que tanto él como su familia son "objetivos" del Kremlin.
Su vida dio un vuelco en los últimos días. Detrás quedaron las campañas para prevenir la violencia de género que se recrudeció en varios sitios del mundo durante la pandemia. Ucrania no escapó de la tendencia.
"Antes de la guerra (qué aterrador y todavía inusual es decirlo), una vez escribí que hay 2 millones más de mujeres que hombres en Ucrania. Solo estadísticas. Pero ahora está adquiriendo un significado completamente nuevo. Porque significa que nuestra oposición actual también tiene un rostro particularmente femenino", escribió en su cuenta de Instagram hace una semana.
"¡Mi admiración y reverencia a ustedes, increíbles compatriotas!", agregó junto a varias fotos de mujeres, desde voluntarias alistadas, madres y hasta una doctora.
Tuvo un momento incluso para pensar en todas: "Las que combaten en las filas de las Fuerzas Armadas, y las que se alistan en la defensa. Las que sanan, salvan, alimentan (...) las que continúan realizando su trabajo habitual en farmacias, tiendas, transporte, servicios públicos (...) Las que llevan a los niños a los albergues todos los días sin pánico y los entretienen con juegos y dibujos animados para salvar la mente de los niños de la guerra. Las que dan a luz en refugios antiaéreos".
Mientras las tropas rusas atacan ciudades, la primera dama ucraniana aprovecha su influencia a través de las redes sociales para transmitir optimismo.
"Hoy no tendré pánico ni lágrimas. Estaré tranquila y confiada. Mis hijos me están mirando. Estaré junto a ellos. Y al lado de mi marido. Y con ustedes", escribió en sus redes sociales.
Y para las primeras damas ha dejado este mensaje: “Me preguntan estos días cómo pueden ayudar a Ucrania. Mi respuesta es: ¡dile la verdad al mundo!”.
[Entrevistas de video del corresponsal de VOA Roderick James, colaboración de Lizandra Díaz , Stephanie Martínez y María Leal]
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