Cuando las autoridades estatales ordenaron el cierre de estadios, discotecas, bares y restaurantes porque contravenían las disposiciones de confinamiento y distanciamiento social, quedaron fuera centenares de recintos donde habitan personas de alto riesgo bajo un régimen que, lejos de confinarlos y distanciarlos, busca que interactúen entre ellos: los asilos de ancianos.
En centenares de asilos de ancianos en Florida, sus residentes no duermen solos, comparten habitaciones. No comen solos, lo hacen en comedores comunales. No están aislados, se les invita a participar en actividades tales como ejercicios, clases de artesanías o trabajos manuales y juegos de mesa. Y aunque se les impongan restricciones, estas son difíciles de hacer cumplir entre una población que con frecuencia se comporta como menores de edad.
“Hay que considerar que muchos de estos pacientes tienen demencia, tienen problemas psiquiátricos… Es muy difícil que sigan las reglas de protección, como usar máscaras”, dijo el médico internista Alberto Melgar, quien labora en varios asilos de ancianos. Melgar habló con la Voz de América a través de la aplicación de videoconferencias, Zoom.
Ahora el estado de Florida ha dado a conocer una lista de 303 asilos de ancianos donde se han producido contagios del coronavirus. En total, 1.785 residentes de asilos de ancianos han sido contagiados. 175 han fallecido, un alto porcentaje de 10 por ciento, comparado con la tasa de mortalidad de alrededor de un 2 por ciento entre la población general de Estados Unidos en marzo. Ahora, según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, la tasa de mortalidad por coronavirus entre la población en general ha aumentado a 6,9 por ciento.
Los administradores de los asilos de ancianos han tomado algunas medidas para aislar a los residentes, tomando en cuenta el alto riesgo que implica para ellos el contagio.
“A pesar de que se prohibieron las visitas de los familiares lo cual ha sido de un costo alto para los pacientes porque es la parte afectiva, donde no pueden ver a sus familiares y eso les afecta, no tienen contacto, a pesar de eso las personas que siguieron entrando eran del personal de salud… que podían estar infectados y no lo sabían”, agregó el doctor Melgar.
Y aunque se les prohibió ver a sus familiares, no pueden estar confinados. Muchos deben ser trasladados a clínicas y hospitales para recibir tratamiento por una serie de padecimientos. Esos traslados, no son en confinamiento. Son transportados en pequeños buses que llevan a unos 25 personas en un área común.
“Personas mayores con muchos problemas de salud, diabetes, hipertensión, problemas pulmonares crónicos, demencia, tienen que salir a los hospitales cuando lo necesitan porque tienen una complicación seria que no se puede atender en estos asilos y entonces hay que mandarlos al hospital…otra posible fuente de infección”, agregó Melgar.
Esta complicación se registra en casi 60 asilos para ancianos en el Condado de Miami-Dade, el epicentro de la pandemia en Florida, con más de 9.900 infectados y 1.018 personas hospitalizadas, hasta la última actualización.