El contratista estadounidense Alan Gross, que cumple una condena de 15 años en una cárcel de Cuba, se declaró en huelga de hambre para protestar por el tratamiento que los gobiernos cubano y estadounidense le han prestado.
Gross comenzó su huelga de hambre el jueves “en protesta por las mentiras, engaños y la inacción de ambos gobiernos”.
El secretario de Estado, John Kerry, en testimonio ante el Senado no quiso referirse al caso en público pero adelantó que se están haciendo esfuerzos para sacarlo de la cárcel.
El abogado de Gross, Scott Gilbert, también criticó a Estados Unidos por poner en peligro adicional la vida de Gross al lanzar la red social ZunZuneo, parecido al Twitter, luego de su arresto en 2009.
Gross fue acusado de espionaje por el gobierno de Cuba cuando trabajaba calladamente para dar acceso al internet a una pequeña comunidad judía en la Isla. En ese tiempo trabajaba como contratista para la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la misma que estableció el ZunZuneo.
“Comencé un ayuno el 3 de abril en protesta por el tratamiento al que soy sometido por los gobiernos de Cuba y Estados Unidos”, escribió Gross en una carta divulgada por su abogado. “Estoy en huelga de hambre para oponerme a las mentiras, engaños y la inacción de ambos gobiernos, no solo en cuanto a la responsabilidad compartida de mi detención arbitraria, sino también por la falta de un esfuerzo razonable o válido para resolver este vergonzoso calvario”.
Gross también pide al presidente Barack Obama involucrarse personalmente en los esfuerzos para su liberación.
El estadounidense ha perdido ya 110 libras en prisión y está confinado, junto a otros dos prisioneros, a una pequeña celda que permanece iluminada 23 horas al día, según dijo su abogado.
Cuba ha expresado algún interés en intercambiar a Gross por tres cubanos que cumplen condenas por espionaje en Estados Unidos, pero hasta ahora Estados Unidos se ha opuesto a ese intercambio.
El destino de Gross puede haberse complicado con la revelación la semana pasada que la USAID se encargó de construir una red social en Cuba desde 2010 hasta 2012. Las autoridades cubanas han calificado ese programa, como “subversivo”.
Gross comenzó su huelga de hambre el jueves “en protesta por las mentiras, engaños y la inacción de ambos gobiernos”.
El secretario de Estado, John Kerry, en testimonio ante el Senado no quiso referirse al caso en público pero adelantó que se están haciendo esfuerzos para sacarlo de la cárcel.
El abogado de Gross, Scott Gilbert, también criticó a Estados Unidos por poner en peligro adicional la vida de Gross al lanzar la red social ZunZuneo, parecido al Twitter, luego de su arresto en 2009.
Gross fue acusado de espionaje por el gobierno de Cuba cuando trabajaba calladamente para dar acceso al internet a una pequeña comunidad judía en la Isla. En ese tiempo trabajaba como contratista para la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la misma que estableció el ZunZuneo.
“Comencé un ayuno el 3 de abril en protesta por el tratamiento al que soy sometido por los gobiernos de Cuba y Estados Unidos”, escribió Gross en una carta divulgada por su abogado. “Estoy en huelga de hambre para oponerme a las mentiras, engaños y la inacción de ambos gobiernos, no solo en cuanto a la responsabilidad compartida de mi detención arbitraria, sino también por la falta de un esfuerzo razonable o válido para resolver este vergonzoso calvario”.
Gross también pide al presidente Barack Obama involucrarse personalmente en los esfuerzos para su liberación.
El estadounidense ha perdido ya 110 libras en prisión y está confinado, junto a otros dos prisioneros, a una pequeña celda que permanece iluminada 23 horas al día, según dijo su abogado.
Cuba ha expresado algún interés en intercambiar a Gross por tres cubanos que cumplen condenas por espionaje en Estados Unidos, pero hasta ahora Estados Unidos se ha opuesto a ese intercambio.
El destino de Gross puede haberse complicado con la revelación la semana pasada que la USAID se encargó de construir una red social en Cuba desde 2010 hasta 2012. Las autoridades cubanas han calificado ese programa, como “subversivo”.