Durante su primera visita a Beirut, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, garantizó su apoyo al Líbano en cualquier confrontación con Israel.
Miles de musulmanes chiitas dieron una multitudinaria bienvenida a Ahmadinejad, arrojando arroz y pétalos de flores a su vehículo mientras viajaba del aeropuerto al centro de la ciudad.
"La nación iraní siempre estará de lado de la nación libanesa y nunca la abandonará”, dijo Ahmadinejad. “Con seguridad ayudaremos a la nación en contra de animosidades, principalmente protagonizadas por el régimen sionista (Israel)", afirmó en un claro mensaje dirigido a sus aliados del movimiento Hezbollah,
Su viaje generó preocupación en Washington, que desea aislar a Irán por su programa nuclear y afirma que el apoyo de la república islámica a militantes de Hezbollah socava la soberanía libanesa.
Los políticos libaneses pro-occidentales en el gobierno de unidad libanés, protestaron afirmando que Ahmadinejad trata al Líbano "como una base iraní en el Mediterráneo". Sin embargo, Ahmadinejad no mencionó a Hezbollah en sus comentarios en el palacio presidencial y en lugar de eso puso énfasis en la unidad del Líbano.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que Washington rechazaba cualquier esfuerzo por "desestabilizar o inflamar las tensiones" en el Líbano.
"Estamos comprometidos con ayudar al Gobierno libanés mientras afronta una serie de desafíos en su región y esperamos que ningún visitante diga algo que genere más tensiones o inestabilidad en ese país", afirmó desde Kosovo, donde se encuentra de visita.