Después de meses de interrogatorios y audiencias ante el Congreso estadounidense se presentaron los primeros cargos criminales contra tres personas implicadas en el caso de agua contaminada en Flint, Michigan.
El fiscal general de Michigan, Bill Schuette, anunció que Michael Prisby y Stephen Busch, empleados del Departamento de Calidad de Medioambiente están acusados por negarse a ordenar tratamiento químico, que podría haber prevenido la fuga de plomo por las antiguas tuberías de agua.
Ambos enfrentan cargos por violaciones a la Ley de Agua Saludable para Beber de Michigan.
El otro acusado, es el administrador de servicios públicos, Michael Glasgow, quien enfrenta cargos por alterar con evidencia los resultados de las pruebas para medir el plomo en el agua y por negligencia en sus responsabilidades como servidor público.
Durante una conferencia de prensa, Schuette también dijo que “podría garantizar que se presentarán más cargos” contra todos aquellos responsables de la crisis de agua que se ha generado en la zona.
Michigan permanence en estado de emergencia y el gobierno estadounidense ha aprobado fondos para asistir en lo que sea necesario para garantizar la salubridad del agua y el bienestar de los habitantes contaminados con plomo, en especial los niños.
Por casi 18 meses, después que Flint cambió de empresa proveedora de agua potable para ahorrar dinero, los residentes de la ciudad bebieron y se bañaron con agua que no estaba tratada adecuadamente recorriendo por tuberías antiguas liberando la tóxica sustancia.