Un reciente brote de infecciones bacteriales en Estados Unidos alertó a las autoridades sobre la popularidad que está ganando el consumo de la leche cruda y no pasterizada.
Según las autoridades informaron, la leche cruda proveniente de una finca en Pensilvania está conectada a los casos de infecciones en cuatro estados del país, por lo que las ventas de sus productos se han suspendido temporalmente.
La leche no pasteurizada es una de las formas en que se adquiere la enfermedad conocida como campilobacteriosis, causada por la bacteria campylobacter, y la cual produce diarrea, cólicos y fiebre. Si llega al sistema sanguíneo puede hasta provocar la muerte.
En EE.UU. es prohibido trasportar entre estados productos no pasteurizados y la mayoría de leyes regionales no permiten su venta. Según los funcionarios de salud pública la leche de vaca no pasteurizada trae otros patógenos, además del campylobacter, que pueden ser fatales para las personas. Entre estos están la salmonella, el Ecoli y la listeria, indicó el Centro de Control de Enfermedades.
Pero una nueva corriente de naturalistas, quien aboga por los llamados “alimentos reales”, cree que al pasteurizarse, la leche pierde importantes nutrientes. Los “alimentos reales” son el siguiente paso después de los orgánicos y según sus defensores se presentan más enfermos a causa de los alimentos que se producen en cantidades masivas, en fábricas gigantescas, que con los productos de ellos defienden.
“Prohibir cualquier alimento natural porque es potencialmente un riesgo de enfermedad es una posición extrema, porque no hay alimentos que sea seguro completamente”, dijo Kimberly Hartke, de la Fundación Weston A. Price.
La Asociación Nacional de Departamentos de Agricultura, Pensilvania es uno de los 17 estados donde es permitido vender leche cruda. Se cree que algunos de los afectados provenientes del estado de Maryland, quienes manejaron hasta Pensilvania para poder comprar la leche cruda.