Un acuerdo bipartidista en el Senado para vincular las medidas de control fronterizo con la ayuda a Ucrania enfrentaba un posible colapso, ya que los senadores republicanos se mostraban cada vez más recelosos de un pacto que Donald Trump, el probable candidato presidencial republicano, dice que es “absurdo”.
Los negociadores del Senado llevan semanas esforzándose por cerrar un acuerdo minuciosamente negociado sobre la política fronteriza y de inmigración que pretende frenar el número de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos. Pero ahora que las negociaciones se han alargado durante semanas, la política típica de un año electoral y las exigencias de Trump lo están entorpeciendo.
Lo que está en juego es un plan que tanto el presidente Joe Biden como el líder republicano del Senado Mitch McConnell han elaborado durante meses con la esperanza de convencer al Congreso para que apruebe la ayuda a Ucrania. Estados Unidos se ha quedado sin dinero para abastecer a Ucrania, lo que podría dejar al país sin suministros sólidos de munición y misiles para defenderse de la invasión rusa.
Trump redobló sus críticas hacia el posible pacto el jueves, escribiendo dos largas publicaciones en su plataforma de redes sociales en las que dijo que sería “absurdo” en términos de seguridad fronteriza y “otro regalo para los demócratas de la izquierda radical” en un momento en que Biden intenta ser reelegido.
El exmandatario dijo que es mejor que el Senado no llegue a un acuerdo, incluso si ello significa que el país “se cierre” durante cierto tiempo. No propuso alguna política alternativa.
En una reunión a puerta cerrada entre republicanos realizada el miércoles, McConnell reconoció la postura de Trump y el hecho de que presumiblemente será el candidato presidencial del partido, y analizó otras opciones, incluida la posible separación de la cuestión fronteriza con la ayuda a Ucrania, según dos personas familiarizadas que hablaron anónimamente para discutir la reunión privada. Punchbowl News reportó tales comentarios en primera instancia.
Los comentarios de McConnell suscitaron nuevas dudas en el Senado sobre su nivel de compromiso con el acuerdo fronterizo, aunque los que abogan por seguir adelante rebatieron que las declaraciones del líder estaban siendo malinterpretadas.
“Seguimos trabajando en ello”, dijo McConnell a los periodistas el jueves por la mañana.
También aseguró en un almuerzo republicano celebrado el jueves que sigue apoyando personalmente la vinculación de los dos asuntos en discusión: la cuestión fronteriza y Ucrania, dijo el senador republicano Mike Rounds.
El senador James Lankford, el principal negociador del Partido Republicano, dijo que el grupo sigue trabajando en el paquete. Indicó que McConnell sigue apoyando la propuesta y a la vez reconociendo la realidad política de que la temporada de primarias presidenciales está en pleno proceso.
“Creo que ese es el cambio que ha ocurrido, que él está apenas admitiendo”, dijo Lankford. “Esa es una realidad".
Lankford ha estado trabajando con un pequeño grupo bipartidista y con funcionarios de la Casa Blanca para tratar de concluir el acuerdo fronterizo. Pero la aprobación de la medida se ha estancado debido al regateo en torno al costo que tendrán las nuevas políticas y los continuos desacuerdos en torno a limitar la capacidad del presidente para permitir la entrada de personas al país bajo circunstancias especiales, tales como los casos en los que se huye de guerras y disturbios.
“Estamos realmente enfocados en garantizar que saquemos adelante el proyecto de ley y que lo aprobemos en el Senado”, comentó la senadora independiente Krysten Sinema, que ha desempeñado un papel central en las negociaciones.
La portavoz de la Casa Blanca, Olivia Dalton, dijo el jueves a los periodistas a bordo del avión presidencial que el gobierno de Biden ha estado trabajando con los negociadores “de buena fe”, considera que se han hecho progresos y espera que continúen.
Optimismo en la Casa Blanca
El presidente Biden, a través de un comunicado, animó a la bancada republicana a aprobar una legislación que sería "la más dura" de la historia del país, puesto que, entre otras cosas, "como presidente" le daría la autoridad de "cerrar la frontera cuando se vea abrumada".
"Seamos claros -señaló el mandatario- lo que se ha acordado, en caso de ser aprobado, supondría el concunto de reformas más duro y más justo para asegurar la frontera que habríamos tenido jamás en este país".
Por su lado, la Casa Blanca se mostró “optimista" porque "en realidad hay conversaciones en el Senado que son de carácter bipartidista” sobre migración, uno de los temas de actualidad “más importantes” para la administración, afirmó este viernes la secretaria de Prensa, Karine Jean-Pierre.
Según la portavoz, han estado negociando “de buena fe” con los republicanos en el Congreso, por lo que creen que sí ha habido “avances en esas conversaciones”, aunque llamó a los legisladores a “tomar una decisión” para destrabar la conversación.
“Tienen que tomar una decisión sobre si quieren ser parte de la solución o parte del problema”, dijo Jean-Pierre durante la habitual reunión vespertina con la prensa en la Casa Blanca.
[Con información de The Associated Press]
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