Horas antes de que el presidente de Perú decidiera disolver el Congreso, una legisladora del partido político conservador Fuerza Popular, que domina el cuerpo legislativo y está en abierta oposición al ejecutivo, pidió el lunes al mandatario Martín Vizcarra que cierre las fronteras usando el ejército para evitar que Perú se convierta en “el patio fronterizo de América Latina” y que saque del país a los inmigrantes venezolanos “malos o buenos”.
La congresista Esther Saavedra dijo durante una discusión parlamentaria que “un millón de inmigrantes (sic) entre legales e ilegales, entre trabajadores y bandidos delincuentes, tienen que comer, tienen que dormir, vienen a quitar trabajo a nuestros peruanos”.
Saavedra es legisladora del partido que dirige la lideresa Keiko Fujimori, quien está en prisión provisional mientras es investigada por lavado de dinero al haber presuntamente recibido dinero sucio de la constructora brasileña Odebrecht.
Pocas horas después del mensaje de la congresista, Vizcarra usó sus atribuciones constitucionales y disolvió el Parlamento en un suceso que no ocurría en el país andino en 27 años debido a largas fricciones entre ambos poderes del Estado.
Saavedra fue grabada en 2018 agrediendo físicamente a un periodista en San Martín, la amazónica región de la cual ella es representante. Entonces la comisión de ética del Congreso peruano, dominado por su partido, decidió no investigarla.
Las declaraciones de rechazo contra migrantes venezolanos son las más recientes que llegan de boca de una funcionaria de alto rango. En el pasado lo han hecho algunos alcaldes de poblados remotos de Perú, sobre todo tras la difusión periodística de crímenes donde algunos migrantes han estado involucrados. El gobierno ha expulsado a más de 350 venezolanos que ingresaron otorgando identidades falsas u omitiendo sus antecedentes policiales en su país de origen.
No obstante, también se han difundido videos de migrantes venezolanos que venden dulces a quienes la policía municipal de algunos distritos de Lima les quitan sus pocas pertenencias tras agredirlos.
El mismo lunes, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo en Caracas que su homólogo peruano “es la punta de lanza de la ideología xenofóbica, supremacista y neonazi que ataca, agrede y violenta al pueblo de Venezuela que noblemente trabaja en el Perú”.
Su canciller, Jorge Arreaza, dijo a su vez en su cuenta de Twitter que el personal de la misión diplomática y consular de Lima atenderá y procesará las denuncias de discriminación y xenofobia. También lo hizo el líder opositor venezolano, Juan Guaidó, quien dijo a la prensa que se comunicaron con las autoridades de Perú para conversar sobre las denuncias de xenofobia y precisó que los miembros de su equipo activaron una línea de atención para los venezolanos víctimas de esos ataques.
Es el segundo día consecutivo en que, como en raras ocasiones, Maduro y sus adversarios coinciden en un tema que afecta a los venezolanos.
Se estima que después de Colombia, con 1,4 millones, Perú es el segundo país a donde han llegado masivamente los venezolanos que migran, con más de 865.000.
De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, alrededor de cuatro millones de venezolanos desde 2015 han abandonado su país, huyendo de la crítica situación económica y social, signada por una inflación de siete dígitos, la escasez de alimentos y medicinas, entre otras penurias.