El primer ministro de Haití, Ariel Henry, pidió el viernes ayuda al mundo para afrontar la crisis humanitaria, de seguridad y migratoria que vive su país, después de que Estados Unidos anunció ayuda monetaria para apoyar a la policía del país caribeño.
Durante su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Henry solicitó que “ayuden a los haitianos” a quedarse “en casa”, tras verse “obligados a tener que buscar la tranquilidad fuera, la tranquilidad que su propia tierra no les puede ofrecer”.
Refiriéndose al alto flujo de migrantes y a la crisis humana que se “acentúa” en su nación, dijo que ya suman casi cinco millones de personas que sufren de inseguridad alimentaria.
Henry también señaló que la seguridad se había deteriorado hasta un "punto crítico" ya que "los criminales se sienten todopoderosos" y que sigue siendo “la gran prioridad” de su gobierno, y afirmó que “la circulación de las armas de fuego y las masacres” constituyen las principales preocupaciones en esta materia.
Solicitó, además, actuar rápidamente sobre la solicitud de la fuerza multinacional para combatir las pandillas y pidió "ayuda para reforzar la policía nacional de Haití para que pueda responder verdaderamente a los desafíos que enfrenta", así como la autorización del Consejo de Seguridad para ello.
Aunque los países se han mostrado cautelosos a la hora de apoyar a la administración no electa del primer ministro, quien ha señalado que no se han podido llevar a cabo los comicios, por el tema de inseguridad, afirmó el viernes que su gobierno interino “está decidido a celebrar elecciones tan pronto como sea posible".
También reafirmó que su país “no está en guerra con nadie”, tras explicar que recientemente se presentó un “malestar inútil” entre su país y República Dominicana, nación que anunció esta semana que el cierre de fronteras con su país vecino es en “legítima defensa”.
“No tenemos ninguna intención que pudiera incomodar a nuestros vecinos con quienes compartimos la isla y con quienes tenemos que compartir nuestra frontera”, agregó el mandatario haitiano.
Preocupación de los vecinos
Por su parte, el primer ministro de la isla caribeña de Granada, Dickon Mitchell, aseguró que la Comunidad del Caribe (CARICOM) se encuentra “profundamente preocupada” e instó a los países a “crear conciencia sobre el deterioro de la situación del Estado de derecho en Haití y la muy preocupante escalada de violencia”.
Por eso, pidió “aumentar el apoyo urgente de la comunidad internacional, en particular, en las áreas humanitarias y de seguridad donde las necesidades son mayores” y enfatizó en que la asistencia de seguridad para contrarrestar “las arrasadoras bandas armadas es clara”, pero que está decisión “está vagando lentamente por el Consejo de Seguridad”.
Granada también saludó la iniciativa anunciada el viernes por Kenia de liderar una fuerza multinacional de este tipo y las ofertas de apoyo de Ruanda, de Las Bahamas y Jamaica para contribuir con personal y dijo que la CARICOM espera “el establecimiento de la fuerza multinacional reciba el pleno respaldo del Consejo de Seguridad”.
Con respecto a Venezuela, al igual que el presidente de Dominica, Mitchell hizo un llamado “a poner fin a la imposición de medidas coercitivas unilaterales” contra ese país, pues considera que son “contrarias a las normas y principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.
Ayuda para Haití
El viernes, Estados Unidos anunció una ayuda adicional de 65 millones de dólares en asistencia a la policía de Haití y agregó que destinará otros 100 millones a la puesta en marcha de una fuerza multinacional para manejar la crisis de inseguridad del país centroamericano e, incluso, e instó al Consejo de Seguridad de la ONU a que respalde la misión.
En su intervención en una reunión celebrada en Nueva York para abordar la situación de seguridad en Haití, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que la misión, dirigida por Kenia, podría desplegarse "en cuestión de meses".
El miércoles, el presidente de Kenia, William Ruto, dijo que su país estaba comprometido a liderar una fuerza multinacional en Haití para sofocar la violencia de las pandillas mientras establecía relaciones diplomáticas con el país caribeño.
Tal como lo describió el primer ministro haitiano, su país se encuentra inmerso en una crisis humanitaria y de seguridad, bajo el control de pandillas violentas y con una gran inestabilidad desde el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.