Un incendio forestal fuera de control que arrasaba el extremo norte de Los Ángeles el viernes por la mañana obligó a miles de personas a dejar sus viviendas mientras los bomberos luchaban contra las llamas desde aire y tierra.
El jefe de policía, Michel Moore, dijo que 100.000 personas recibieron la orden de desalojar más de 20.000 viviendas.
El incendio se había extendido a más de 18 kilómetros cuadrados (7 millas cuadradas) y al menos 25 viviendas estaban dañadas, informó el jefe de bomberos Ralph Terrazas.
El incendio comenzó alrededor de las 9 de la noche del jueves a lo largo de la zona norte del valle de San Fernando cuando los poderosos vientos de Santa Ana soplaron desde el sur de California.
Terrazas indicó que había vientos sostenidos de entre 32 y 40 kph (20-25 mph) con ráfagas superiores a los 80 kph (50 mph) y los niveles relativos de humedad habían caído a 3%.
“Como puede imaginar, las brasas han viajado una distancia significativa debido al viento, lo que provoca que comience otro incendio”, dijo Terrazas.
Helicópteros constantemente arrojaban agua mientras equipos en tierra atacaban las llamas en y alrededor de las casas. Aviones que lanzaban agua y retardante se unieron a la batalla al amanecer. Unos 1.000 bomberos estaban al frente.
También seguían vigentes las órdenes de evacuación en la parte oriental del interior de Los Ángeles, en donde un incendio comenzó el jueves y arrasó un campamento de casas móviles en el área Calimesa del condado Riverside.
Quedaron destruidos 74 inmuebles y otros más resultaron dañados, y las autoridades del condado intentaban determinar si había personas desparecidas.
El peligro de incendios es elevado en el sur de California después del usual verano y principio de otoño seco, y los vientos de Santa Ana _ que se vinculan con la extensión de muchos incendios forestales _ agregan una mezcla peligrosa de bajos niveles de humedad y ráfagas poderosas.